Escondidos y amenazados, los excolaboradores de Francia
PARÍS.- “La noche del 30 de agosto unos ocho talibanes irrumpieron en mi casa con ‘ayuda’ de unos vecinos. Se justificaron diciendo que habían recibido denuncias anónimas en contra nuestra. Catearon toda la casa menos el sótano, donde mi padre y mis hermanos habían logrado refugiarse. Afortunadamente yo estaba fuera.”
Así empieza el testimonio de Siddik B., exintérprete del ejército francés en Afganistán, “atrapado sin salida” en Kabul, con quien la corresponsal pudo comunicarse vía correo electrónico.
“Pero se llevaron a mi hermano menor para interrogarlo”, sigue escribiendo. “Querían saber dónde estaba yo. Mi hermano estaba aterrado, pero tuvo la sensatez de contestar que yo estaba en Pakistán por razones de salud.
“‘Nos traes a tu hermano en cuanto regrese a Afganistán’, le ordenaron los talibanes antes de soltarlo, después de varias horas de detención. Desde entonces vivo escondido en casa de unos parientes con mi esposa y mis dos hijos, de cuatro años y cinco meses… Mi padre y mis hermanos se refugiaron también en casas ajenas. Mi madre y mis hermanas se quedaron solas en nuestra casa. Viven encerradas, angustiadas y desprotegidas. Dos veces a la semana mi hermanito toma el riesgo de visitarlas a escondidas para llevarles de comer.”
Según confía Siddik B., mucho
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