La radicalización de DERECHA E IZQUIERDA
Ese comportamiento temerario, el de plantarse en mitad de las vías frente a un tren en lugar de esperarlo en el andén, fue muy humano y hasta predecible –a toro pasado y desde la barrera, claro–. Sencillamente, gran parte de España no estaba preparada para aquella colosal máquina llamada democracia, poco conocida en nuestros campos y ciudades, que se desplazaba a demasiada velocidad por aquellos raíles de metal conocidos como República.
VIOLENCIA DURANTE LA II REPÚBLICA
Sin embargo, los datos sobre la violencia, uno de los termómetros legítimos con los que medir la radicalización, no indican en ningún caso que nos encontremos ante un período histórico extraordinariamente violento –lo que no quiere decir que fuera pacífico–, pues en total se estiman unas dos mil quinientas víctimas políticas durante todo el período republicano (aunque las cifras son muy variables), de las que más de la mitad cayeron en la represión acaecida en Asturias en 1934. Baste señalar que, en tiempos más modernos en los que el nivel de aceptación de la violencia
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