Confesión: Zoom ya nos aburrió, aunque no la pijama
esde que comenzó la pandemia, el tiempo se detuvo. Pasaban los meses y no veíamos su fin, había mucha incertidumbre. Poco a poco, nos acostumbramos (no nos quedó de otra) a hacer nuestra rutina diaria en casa: clases y reuniones , , ejercicio y otras cosas que nos mantuvieran para no sentirnos por el encierro. Sí, yo sé que al principio fue una especie de minivacación. (Admito que me emocioné cuando dijeron que cancelarían clases; obvio, porque desconocía la GRAN magnitud de esta enfermedad y lo que estaba por venir…). Incluso –confieso– he sido de las que en ocasiones prendo la clase y la dejo correr en la computadora mientras sigo durmiendo. ¡Desarrollamos amor por nuestra pijama (más)!
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos