EL ESLABÓN PERDIDO EN BUSCA DE NUESTROS ANCESTROS
¿De dónde venimos? Es una de las eternas interrogantes que nos acompañan como especie y cuya respuesta trata de buscar la paleoantropología. La publicación, en 1859 de El origen de las especies, de Charles Darwin (1809-1882), significó un giro copernicano en el concepto que el ser humano tiene de sí mismo: había dejado de ser el “niño mimado”, como centro de la Creación de un Dios, para pasar a formar parte de un amplio árbol genealógico que le relacionaba con el resto de seres vivos. El hallazgo de fósiles ha permitido establecer nuestro parentesco más cercano con los primates, pero todavía plantea numerosas incógnitas, empezando por la del primer homínido que, un día, decidió ponerse en pie…
EL HOMÍNIDO QUE SE PUSO EN PIE…
Uno de los principales misterios que plantea la evolución es precisamente el hecho de por qué los seres humanos somos criaturas bípedas. Tal y como advierte el paleoantropólogo José María Bermúdez de Castro, en Dioses y Mendigos (2021): “Algunos hallazgos en África han demostrado que los primeros miembros de la filogenia humana.
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