El visionario en la sombra
TRAS LA MUERTE de Niki Lauda en 2019 y la de Mansour Ojjeh el mes pasado, ya apenas quedan en la fórmula 1 veteranos de los años ochenta. Ojjeh no era muy conocido para el gran público, pero todos los entendidos sabían quién movía los hilos en McLaren. Nuestro protagonista nació en Arabia Saudí en 1952, hijo del empresario sirio Akram Ojjeh (1918-1991). Irene, su madre, era francesa. El padre de Mansour fue uno de esos tipos astutos que en los años setenta acumularon enormes fortunas a medio camino entre Oriente y Occidente, la diplomacia, los Servicios de Inteligencia y los negocios. Se enriqueció gracias a las aerolíneas, al sector inmobiliario y especialmente como intermediario en los contratos de Defensa entre Francia y algunos países árabes. Nacionalizado saudí, el Gobierno francés le concedió la Legión de Honor y tenía residencias en París, Los Ángeles, Cannes y Riad, entre las que viajaba a bordo de su avión privado. En 1975 Akram Ojjeh fundó TAG, Techniques d’Avant Garde, un holding para unificar sus variados negocios.
Mientras su hijo Mansour, con la fortuna de su padre, o también podía haberse visto aplastado por la sombra de “papá Superman”. En lugar de eso trabajó duro en la empresa familiar hasta hacerla conocida en todo el planeta.
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