FUEGOS ESPONTÁNEOS Y COMBUSTIÓN A JUICIO
El 18 de diciembre de 2019, a las puertas del Tribunal de Patti, en la provincia de Messina, los medios de prensa nacionales e internacionales permanecían expectantes. En la audiencia habían sido llamados a declarar los tres mariscales del cuerpo de carabineros que inspeccionaron los vídeos de las cámaras secretas colocadas por los investigadores, ante lo que parecía un nuevo episodio de fuegos espontáneos y autocombustión como el que había alterado la vida del pequeño pueblo de Canneto di Caronia, frente al mar Tirreno, en los primeros meses de 2004. La investigación, esta vez, quedó a cargo de la Compañía de los Carabineros de Santo Stefano di Camastra, a poco más de cuatro kilómetros del lugar de los hechos.
Junto a los acusados Giuseppe Pezzino–de 27 años– y Antonino Pezzino–de 56 años–, contra quienes ya había tomado medidas cautelares en marzo de 2015 el juez de instrucción Ugo Domenico Molina, se hallaban los abogados defensores Francesco Pizzuto, Domenico Magistro y Daniele Osnato. El municipio de Canneto de Caronia se había presentado como acusación popular contra sus vecinos, sobre los que pesaba el crimen de incendio, el intento de estafa agravada y el delito de alarma social. Pero, repasando los incidentes de 2004, el fraude de la familia Pezzino parece una campaña de desinformación, deliberada o no, un velo hábilmente urdido que tender a los velos tupidos de un auténtico misterio que nadie ha sabido descifrar a día de hoy.
En los primeros meses de 2004 los FENÓMENOS DE COMBUSTIÓN ESPONTÁNEA se recrudecieron, por lo que la compañía ENEL procedió a cortar el suministro eléctrico de la zona afectada, pero la situación no mejoró.
PROCESO JUDICIAL
Los nuevos episodios incendiarios –objeto del proceso judicial– se prolongaron desde el 14 de julio hasta
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