COCINAR CON SEMILLAS
Las semillas son la mejor fuente natural de vitamina E, y contienen además gran cantidad de proteínas y grasas de buena calidad y fácil asimilación.
A nivel energético, todas las semillas contienen todavía su memoria universal; están vivas, tonifican el cuerpo físico, refuerzan el sistema nervioso e incrementan la vitalidad, además de tener efectos rejuvenecedores.
Contrariamente a lo que se piensa, las semillas no engordan, a no ser que las consumamos con lácteos (grasas saturadas, de naturaleza energética pegajosa y acumulativa). Lo ideal es tomar una pequeña cantidad diaria de semillas, tanto solas como formando parte de toda clase de platos.
Son recomendables para todas las edades, desde el destete hasta la vejez. Todos necesitamos un buen aporte de grasas de buena calidad, algo que no sólo deberíamos relacionar con un consumo de aceites ya que la mejor forma, o la más natural, sería poner más énfasis en el consumo diario de semillas. Es importante que compremos semillas biológicas (sin químicos), y que puedan almacenarse en lugares más bien fríos y oscuros, pues la luz y el calor producirán su oxidación.
Las semillas más conocidas y sencillas de introducir en la cocina son las de sésamo, girasol y calabaza.
Semillas de sésamo
Estas semillas han sido un alimento importante desde la prehistoria, especialmente en los países mediterráneos y del este. Es una de las plantas más antiguas cultivadas por sus semillas,
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos