Tiendas de cannabis del mercado negro prosperan en LA aun con las medidas más estrictas de la ciudad
LOS ÁNGELES — Desde la calle, parecía una redada antidrogas de la vieja escuela.
Media decena de policías y vehículos municipales estaban estacionados en las inmediaciones de la entrada del dispensario de cannabis White Castle, cerca de Los Ángeles Harbor, donde un cartel con una cruz verde gigantesca daba hacia la autopista Pacific Coast Highway.
Pero los policías no incautaron nada de marihuana de la tienda ilegal. No se arrestó a nadie, solo se detuvo al personal brevemente mientras trabajadores de servicios públicos se movilizaban para cortar la electricidad. Los agentes habían estado allí antes y probablemente volverían. Un detective supuso que el negocio estaría en operación nuevamente en de una semana.
En medio de las crecientes quejas de legisladores y grupos de presión a favor del cannabis por el abarrotado mercado de hierba no regulada de la ciudad, en los últimos meses Los Ángeles ha intensificado la aplicación de la ley contra los dispensarios de marihuana ilegales. Pero con tanto dinero en juego, muchos infractores están optando por permanecer abiertos incluso después de que la ciudad les corta el suministro de energía o los amenaza con arrestos o multas.
El mercado de marihuana del estado tuvo un comienzo lento en 2018, con ingresos en el primer año de ventas legales que quedaron 160 millones de dólares por debajo de lo proyectado en el presupuesto final del ex gobernador Jerry
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