¿Los no vacunados siguen siendo un peligro para el resto de nosotros?
LOS ÁNGELES— Durante casi dos años, los que se resisten a recibir la vacuna COVID-19 han sido objeto de serias súplicas y de incentivos financieros, de campañas de vergüenza en las redes sociales y de la verdad. Se han perdido bodas, celebraciones de cumpleaños y recitales e incluso han renunciado a competiciones deportivas de alto nivel. Hasta el mes pasado, se les prohibía entrar en Estados Unidos y en más de 100 países.
Ahora, los no vacunados han vuelto a la carga. Están cenando en restaurantes, rockeando en festivales de música y llenando las gradas de los recintos deportivos. Se mezclan libremente en lugares en los que antes se les rehuía por temor a que sembraran eventos de superproliferación.
Es como si ya no fueran peligrosos para el resto de nosotros. ¿O no lo
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