MELATONINA EN LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO
¿Cómo lo hace?
Cuando la luz del día se debilita, al final de la tarde o al comienzo de la noche, la retina del ojo da la voz de alerta. Ésta transmite la información a nuestro cerebro, que interpreta correctamente la señal: la noche va a caer, pronto va a ser la hora ideal para dormir. Sin tiempo que perder, las neuronas del cerebro se ponen a la obra y activan, sin demora, una serie de reacciones que conducen a la producción de la hormona del sueño, el regulador de nuestros ritmos cronobiológicos: la melatonina.
Esta molécula, fabricada con triptófano en la glándula pineal, atraviesa la barrera hematoencefálica y en unos segundos llega a la circulación sanguínea con un claro objetivo: propagar la información captada por la retina y animar a todo el organismo a ralentizar y poco a poco, a dormirse.
Para lograrlo, se presenta a todas las células capaces de reconocerla, gracias a unos receptores muy especializados, y desencadena diversas acciones relajantes.
Por la noche
Los efectos son rápidos, en particular después de las 19 h, momento en el que los receptores son más sensibles. Si todo va bien, la persona siente las señales de cansancio provocadas por la melatonina: un discreto adormecimiento, bostezos… hasta el momento en que de cidimos ir a dormir, donde nos espera una noche relajante.
La producción de melatonina prosigue durante toda la noche, luego disminuye progresivamente y se detiene por sí misma hacia las 6 de la mañana, sin que el amanecer sirva realmente para mucho. De este modo, nuestro organismo produce cada noche entre 10 y 80
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