EL LEOPARDO FANTASMA DEL HIMALAYA
EL VIEJO LEOPARDO DE las nieves era muy conocido en Kibber. En los últimos años, la gente había llegado a reconocer a este macho grande, con una muesca en la oreja izquierda, y le seguían la pista en la medida que cualquiera podría hacerlo.
Es a los viejos a los que se debe observar. Cuando los leopardos de las nieves son demasiado viejos para cazar al íbice del Himalaya y al carnero azul, que viven entre los riscos de piedra caliza, buscan presas más fáciles como cabras y ovejas de la aldea, caballos jóvenes y becerros de yak.
Una mañana fría de febrero, me agaché en el borde de un desfiladero y observé al viejo leopardo de las nieves con mis binoculares. Dormitaba sobre una saliente en el risco opuesto. Un velo de copos de nieve flotaba hacia el cañón y, ocasionalmente, cuando acomodaba los binoculares, el pelaje ahumado del felino, con rosetones color carbón, se perdía entre las grietas y las sombras. “Diablos, lo perdí otra vez”, murmuré. Prasenjeet miraba por encima de su cámara y señalaba, yo seguía su dedo de vuelta adonde estaba el animal.
Después de todo, este era el leopardo de las nieves de Prasenjeet. Incluso algunos de los guías locales lo llamaban así.
Durante los últimos dos años, el fotógrafo Prasenjeet Yadav había rastreado a este macho a pie y con cámaras trampa en este rincón de gran altitud del valle de Spiti, al norte de India. En las semanas siguientes anduvimos cerca de 50 kilómetros, bajamos en los cañones, caminamos por pasos llenos de nieve y escalamos riscos. Pero hoy, mi primer
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