Contra la delincuencia organizada, ni voluntad ni estrategia
El imparable incremento de la violencia se debe a la debilidad del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador frente a los grupos de la delincuencia organizada, pues optó por verlos y tratarlos como víctimas, en lugar de aplicar la ley y confrontarlos, coinciden analistas en seguridad.
A ello, señalan, se suma que la Guardia Nacional, el principal instrumento de seguridad del Estado, no ha sido preparada para salvaguardar a la población de este tipo de criminales.
Recuerdan que, aunque sin éxito, es la primera vez que un presidente gira instrucciones a cuatro secretarios de Estado para que intercedan ante el gobierno de Estados Unidos por la familia de un narcotraficante, como es el caso de Joaquín Guzmán Loera, condenado a cadena perpetua, para que ese país le otorgue a la madre y a sus dos hermanas una visa “humanitaria” para visitarlo en la cárcel. Integrantes de otros cárteles no han recibido el mismo trato, coinciden analistas en seguridad.
Antes de ser entregado al gobierno de Estados Unidos, Rubén Oseguera González, , hijo de Nemesio Oseguera Cervantes, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), también envió una carta al presidente; le dijo
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