DATA DIGNITY ¿VENDERÍAS TUS DATOS?
¿QUIÉN NO HARÍA ESTO?
Se ha convertido en la manera de operar en la rampante sociedad digital en la que vivimos. Lo hacemos de manera automática, sin pensar. Pero las consecuencias de gestos y acciones aparentemente tan inocuos pueden ser peor de lo que nos imaginábamos. Porque con cada clic, hemos ido dejando una retahíla de valiosa información con la que las compañías online arramblan: nuestros rasgos faciales, datos personales, ubicación, gustos y preferencias, hábitos, relaciones personales, transacciones comerciales, información financiera.
La cantidad de datos que los gigantes tecnológicos tienen sobre nosotros es ingente. Y cada vez requieren más. Porque el Internet de las Cosas necesita big data para alimentar las finanzas, la comunicación, la energía, el transporte, la Inteligencia Artificial. Los datos se han convertido en uno de los activos más valorados. ¿Sabemos de verdad el valor de toda esa información que, muchas veces sin saber, le damos de forma gratuita a plataformas como Google o Facebook y qué hacen con ella?
“No creo que la gente entienda lo que se está haciendo con sus datos”, señala para Forbes Glen Weyl, presidente y fundador de la Fundación RadicalxChange y economista político y tecnólogo social en la Oficina del Jefe de Tecnología de Microsoft. La falta de conocimiento de los usuarios permite a estas empresas hacerse de manera gratuita con una colosal cantidad de datos que luego comercializan, obteniendo un gran beneficio económico. Y aun entendiéndolo, “no sé si su primera reacción sería frenar a las compañías” o “pedirles una recompensa y participación”.
La economía digital ha transformado a las personas en datos y las tecnológicas han convertido los
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