¡SE RÍEN DE NOSOTROS!
PERIODISTA
Dicen que la primera víctima en una guerra es la verdad. En las recesiones y depresiones más graves, la primera víctima suele ser la confianza. Muchos ciudadanos, muy tocados por el horror del paro o la miseria, levantan el puño exigiendo explicaciones y acusando a sus líderes de vivir en un mundo de mentira. Luego será esa misma población la que ayudará a multiplicar los bulos que justificarán distintos tipos de disturbios y revueltas. A veces, rodarán cabezas.
Hay que tener cuidado con las metáforas. Bien lo sabía Luis XVI antes de pasar por la guillotina de los revolucionarios franceses. En los años ochenta del siglo xviii, este monarca fue incapaz de responder a la depresión económica que asoló su país. El campo, la principal fuente de riqueza nacional, había sufrido malas cosechas en seis de los ocho años que van de 1781 a 1789. La Corona no disponía de recursos para afrontar el desafío. Era inmensa la factura que le había dejado la guerra de Independencia de los futuros Estados Unidos contra los
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