MÁS ALLÁ DE LA SANGRE
Antwan Piper estaba cenando con sus colegas en un viaje laboral a Oklahoma cuando su esposa, Alexis, lo llamó desde su casa en Texas. Él pensó que podría devolverle la llamada más tarde, pero ella volvió a llamar. A la tercera llamada, finalmente contestó. Alexis tenía falta de aliento y parecía sentir dolor, se le dificultaba hablar. “Ya llamé a una ambulancia”, alcanzó a decir.
Era el domingo 4 de marzo de 2018, y Alexis estaba en “crisis”, un término para definir cuando tiene un fuerte brote de anemia falciforme. Debido a este padecimiento congénito, los glóbulos rojos de Alexis –que normalmente son redondos y flexibles– se vuelven rígidos y pegajosos, y se tuercen en forma de hoz, haciendo que les cueste trabajo transportar oxígeno, su principal labor. Se agrupan y pueden pegarse, bloqueando el flujo de sangre y oxígeno a ciertas partes del cuerpo, lo cual provoca un fuerte dolor.
Excepto que esta vez lo sintió distinto, peor que nunca antes. En el transcurso de varias horas, Alexis pasó de sentir que tenía un resfriado a sufrir un terrible dolor en todo el cuerpo, lo cual la dejó tirada en el suelo del pasillo del segundo piso de su casa. Antwan era sargento en la Fuerza Aérea y también era pastor en una iglesia, mientras que su esposa, una exmaestra, escribía libros religiosos positivos e inspiracionales.
Ambos solían ser sanos, estaban en sus treintas y siempre intentaban mantenerse optimistas. No obstante, en ese momento se sentían aterrados. “No creo que haya palabras que puedan describir el sentimiento de un hombre que escucha a su esposa sufriendo de dolor y sin poder hacer nada al respecto”, explica Antwan.
Cuando Alexis llegó al Centro Médico Brooke Army, en las afueras de San Antonio, los médicos realizaron los protocolos usuales de un paciente en crisis de anemia falciforme, decidiendo al final hacerle una transfusión. Revisaron su tipo de sangre, encontraron una coincidencia y le hicieron transfusión intravenosa de una bolsa de glóbulos rojos frescos, esperando disolver con ello a los dañados. Después de unos días de tratamiento adicional, sus médicos decidieron hacerle otra transfusión para intentar elevar sus
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