POR SU CULPA
La criatura del joven ingeniero “Butzi” Porsche, nieto e hijo (respectivamente) de Ferdinand y Ferry, iba a marcar un punto de inflexión en la historia de la marca alemana. Por una parte, rompió moldes en cuanto a diseño y estructura mecánica. Por otra, sirvió de puente para el lanzamiento definitivo de Porsche como una de las grandes marcas deportivas mundiales, cosa que logró inmediatamente después gracias al 911 y al Carrera 6. De hecho, el 904 fue el último modelo que vistió el color gris metalizado, el color de Alemania desde los tiempos de las “Flechas Plateadas”, que pronto fue sustituido por el blanco. Sin embargo, el 904 merecía haber sido el primero de la nueva era.
Entre el recelo de otros directivos de la casa, como su primo Ferdinand Piëch o Erwin Komenda, “Butzi” fue promovido
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