Víctima del virus... y de la censura
Feb 10, 2020
3 minutos
ADRIÁN FONCILLAS
BEIJING.– Li Wenliang es el rostro que cualquier amontonamiento de cadáveres necesita para alcanzar la fibra. La muerte del oculista ha catalizado el duelo y la ira acumulados tras dos meses y al menos 600 muertes. Un comunicado del hospital de Wuhan certificó el jueves 6 su tránsito de héroe a mártir.
El joven de 34 años alertó a unos amigos sobre la epidemia en su fase más temprana, vía un mensaje que acabó viralizándose contra su voluntad. Fue acusado por la policía de “propagar rumores” y de “atentar contra el orden social”.
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