EL FIN DE LA INOCENCIA
LA PAZ, BOLIVIA- Vestido con una sudadera con capucha roja brillante, pantalones azules y tenis negros, rostro cubierto por una gorra y un pasamontañas, el joven camina rápidamente hacia la Plaza Mayor, el centro de esta bulliciosa ciudad con forma de imán perdida en medio de los picos y llanuras de los Andes.
Con sólo una pequeña caja de madera, el niño de 13 años comienza a mirar un par de zapatos, lo único que verá durante las próximas horas. “Puedo limpiar cualquiera de ellos, desde cuero, hasta botas y zapatos de deporte”, explica, mientras cepilla el calzado de su primer cliente del día. “No es un trabajo difícil, pero debes ser rápido y cuidadoso”. Al igual que él, decenas de lustrabotas anónimos recorren las calles de este país.
Según la Organización Internacional del Trabajo, 218 millones de niños laboran en todo el mundo.
Mientras que en el campo boliviano los niños actúan como trabajadores agrícolas y
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