El presente de Luis Gerardo
os riesgos que ha tomado Luis Gerardo Méndez han pagado con creces. Para quienes pensaban que le costaría trabajo librarse de los "mirreyes", fraguó –entre las temporadas de Club de Cuervos– uno de sus trabajos más demandantes como actor dramático en Bayoneta (Terrazas, 2018), por el que fue nominado por segunda vez al Ariel, y en junio pasado estrenó su primera película hollywoodense (Murder Mistery), rompiendo récords de audiencia en Netflix al lado de sus ídolos de juventud. Pudimos verlo también conduciendo los Premios MTV MIAW e inspirar a un nutrido grupo de jóvenes latinoamericanos en el IV Encuentro de Jóvenes de la Alianza del Pacífico. Ahora se encuentra filmando Half Brothers, su primer proyecto como productor y protagonista en Estados Unidos y a finales de año estrena Charlie's Angels.
El actor y productor dejó
atrás la etapa de "corretear"
proyectos para convertirse
en el arquitecto de su propia
carrera, pisando fuerte en el
mercado internacional con
el respaldo de la industria…
Para él, despedirse de Chava Iglesias y cerrar cuatro años de romance profesional con fue un aprendizaje para mí en todos los sentidos. No solamente como actor, sino como productor ejecutivo. Fue la primera vez que me involucré de lleno en un proyecto mío y trabajar con Netflix fue también un aprendizaje muy importante porque fuimos los primeros en México en trabajar con la compañía de una manera totalmente novedosa; aprender a entender el sistema de las métricas, la estructura más norteamericana –que yo no conocía ni dominaba– y también por la oportunidad que tuve de dirigir. Siempre había querido ponerme detrás de la cámara y con pude hacerlo en un par de episodios y fue una experiencia increíble. Viendo hacia atrás, me sigue emocionando mucho haber sido parte de ese parteaguas en la manera de hacer televisión tanto en México como a nivel internacional. Fue un piloto que hicieron con nosotros y ahora ver todas las producciones que se hacen en México, España, Alemania, Brasil y en tantos países, es muy emocionante darnos cuenta que el experimento se ha transformado en esto y me pone una sonrisa en la cara cada que me acuerdo”.
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