ADMIRACIÓN POR LOS GRANDES MAESTROS
“El realismo es hoy exigido, y se siente como nunca su necesidad: ese realismo que tiene carácter y un talante serio”. Estas palabras, escritas, arriba, del que dijo: “Sí, el cuadro de Millet, , es algo, es magnífico, es poesía”– su gran maestro, y llegó incluso a referirse a él como un padre. Vincent también mostró admiración por otros pintores como Delacroix, Corot, Daubigny, Rousseau o Chardin, a los que se refería continuamente en sus cartas durante esa etapa inicial. Además, apreció a los grandes pintores del Barroco como Velázquez, Vermeer, Hals o Rembrandt. Una de sus cartas más conmovedoras es en la que describe a su hermano Theo la emoción que sintió al ver , de Rembrandt, en una visita al Rijksmuseum de Ámsterdam, y cuenta que no pudo separarse de la obra durante varias horas. En Amberes, otro de sus grandes descubrimientos fue Rubens. De él le gustaba en particular el color de las pieles de las figuras femeninas. El descubrimiento del gran pintor barroco contribuyó a crear una nueva gama cromática en su propia paleta que, de alguna manera, antecede a las obras que comenzó a realizar cuando por fin se trasladó hasta París.
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