Maestros
La leyenda nos cuenta que Vincent van Gogh fue un genio atormentado. Un artista incomprendido que apenas vendió un cuadro en vida y que vivió aislado la mayor parte de su carrera hasta su trágico desenlace. Se ha llegado a decir que fue un pintor “maldito” y, en este sentido, podría caerse en la tentación de pensar que la genialidad de su arte fue fruto nada más de su extraordinaria y novedosísima concepción del mundo. Nada más lejos de la realidad. Vincent no sólo llegó a tomar clases de algunos de los más reconocidos pintores de su tiempo, sino que estudió y copió la obra de grandes maestros para extraer aquellos aspectos que le interesaban más.
Podría decirse que las tomas de contacto iniciales con la pintura profesional llegaron a Van Gogh a través de su primer trabajo en La Haya, en la sucursal de la galería parisina Goupil & Cie. Así, por mediación de su tío Vincent –el tío Cent–, un joven Vincent van Gogh de 16 años se adentró en el mundo de los marchantes y de los grandes maestros holandeses; pero también de las
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos