LA VOZ DE LA EXPERIENCIA
Un palacete porteño firmado por Alejandro Bustillo. Un piso y un departamento olvidado en el tiempo. Las paredes descascaradas que contrastan con los zapatos impecables, italianos pero inspirados en Buenos Aires, que se exhiben entre proyectores y viejos televisores. Dos mesas larguísimas y un almuerzo preparado por el mejor servicio de catering del país —el mismo que le dio de comer a Obama cuando visitó Argentina y a los líderes del G20 a fines del año pasado—. Todo ideado para mimar a un grupo de potenciales compradoras de la marca, que se mezclan con periodistas, influenciadoras, la visita inesperada de Sofía Sánchez de Betak y el único hombre invitado, su marido, Alex de Betak, productor de los shows de moda más importantes del planeta.
