UN RUSO MUY AMERICANO
lgunos saltaron de emoción hace unos meses al escuchar el lejano rumor de que El Nota regresaba del pasado cinematográfico para convertirse en secuela viviente -con la esperanza, todo sea dicho, de que los Coen hicieran algo mejor que el destrozo de BoyleLa historia saltaba a los bares, oficinas y tertulias etílico-culturetas de los sabados por la noche -sobre todo en la plaza del 2 de mayo, entre cucharachas y latas tiradas por el suelo- a raíz de un vídeo en el que Jeff Bridges recuperaba el aspecto y las formas de aquel mítico papel sin dar explicación sobre el asunto. Después de verlo, muchos se tiraron de los pelos -de pura emoción- y corrieron a gritar en cada esquina eso de que “tenía secuela”. Bueno, nadie puede culparles por el subidón, e incluso habría que darles las gracias -que eso de que a uno le hagan soñar, y más hoy en día, resulta difícil-. Pero lo cierto es que aquello que todos entendieron como una pista sobre el inminente regreso de Bridges y los Coen no era más que la promo de un anuncio millonario para la Súper Bowl. La culpa de tanto lío fue de una marca de cerveza, la cual logró recuperar a ‘El Nota’ durante unos minutos e incluso le hizo cambiar, ante la incredulidad de los camareros, de bebida favorita. Porque en esta vida, la línea que separa una birra de un ruso blanco se borra facilmente con una bolsa de dinero.
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