EL DULCE ARTE SICILIANO DE LAS APARIENCIAS
posible que los trampantojos gastronómicos sean hoy más populares que nunca gracias a la difusión de la alta cocina. Pero estos juegos visuales no son una novedad, como tampoco lo son sus objetivos: la demostración de riqueza y la búsqueda de sorpresa y admiración a través de divertimentos que, en ocasiones, llegaron tener connotaciones sexuales. Cuando el azúcar era un lujo que solo podían permitirse los ricos, algunos de los trampantojos más espectaculares fueron dulces; de las esculturas de azúcar que adornaban los banquetes renacentistas italianos a los jardines de azúcar de la corte otomana. Pero además de una muestra de sofisticación, fueron el reflejo de las costumbres, los ritos religiosos y la organización de sus sociedades, e incluso de las necesidades de conservación de
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