ACÚFENOS, OTITIS, PEQUEÑAS INFECCIONES… LA SALUD DE LOS OÍDOS
NO LOS CUIDAMOS
Pese a que una encuesta lo sitúa como el segundo sentido más valorado entre los españoles, resulta que también es el menos cuidado. Para empezar, el 93% de la población usa bastoncitos de algodón para limpiarlos, un recurso desaconsejado por los expertos, ya que produce el efecto contrario al deseado: «Al empujar la cera hacia el tímpano dificultamos su extracción y la hacemos más compacta al mezclarse con los filamentos del producto », explica Nuria Oliver, fisioterapeuta del Balneario Respiratorio del Dr. Pros. La mejor higiene, en cambio, consiste en manipular los oídos lo menos posible para no intervenir en su proceso natural de limpieza. Como mucho, se puede recurrir a los difusores de agua marina para limpiarlos a nivel externo y ayudar a deshacer un poco la cera sin eliminarla, pues hace de barrera protectora frente al polvo, gérmenes, etc.
LA RELACIÓN CON LA NARIZ
«Si bien algunas personas tienen verdadera obsesión por limpiarse los oídos, resultaría mucho más efectivo limpiarse la nariz», se lamenta Nuria Oliver. Este hábito, recuerda, evitaría muchas otitis medias.
Las otitis medias son fruto de la acumulación de mucosidad en la zona de la trompa de Eustaquio y son más frecuentes en los niños, porque al tenerla pequeña, estrecha y horizontal (se va inclinando con el tiempo), el moco pasa directamente a los oídos. Además, se cierra cuando hay inflamación, evitando el drenaje de líquidos. De hecho, es la enfermedad que se diagnostica más a menudo en menores de 15 años. «Si no ayudamos a expulsar la mucosidad, esta busca una salida y puede perforar el tímpano». Es fácil, además, que se produzcan otitis medias
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