Siendo veinteañera, mientras sus amigos salían de fiesta y viajaban, ella tuvo que estar sentada en una silla de ruedas durante todo un año. Pero, como no hay mal que por bien no venga, aprovechó su invalidez  para hacerse trucha en su chamba. 
Es una de las políglotas que hoy hay que ser. Inglés y francés qué?! Ella domina el lenguaje de la comprensión de lo humano y, a la vez, el de los datos y el coding. 
Cuando escuchen el próximo reporte de resultados bestial del genio Marcos, y en México recuerden a David y a Pedro, ahora también pensarán en ella. 
Con su perfil discreto y sus poquísimos 32 años de edad, es la vigilante celosa de la estrategia que hace crecer tan agresivamente al monstruo tecnológico en nuestros lares.
No le han faltado experiencias en su vida: la salida del clóset de su amado hermano y el nacimiento inesperado de su hija –con una también inesperada depresión postparto–, la hicieron empática y buenísima escucha.
Su liderazgo ya está curtido, pero ella sabe que las heridas y los nuevos retos nunca se dejan de atender. Bendita terapia.

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