Es mi activista favorita. Feminista, bruja, tatuada y hace lo que le da la gana, pero parece señora normal. Y esto es chiste suyo, no mío. Está casada hace 40 años, es mamá y le va muy bien en su trabajo como directora de un área en una empresa privada.
Relacionamos “activista” con alguien que exhibe posturas, que levanta denuncias. Y sí, esta activista, mi favorita, es una activista que dice, pero sobre todo acciona. Y acciona de verdad. Por ejemplo: es autora de un libro-guía para entender y atender el acoso sexual en el ámbito laboral. 
Ella logra incidencias desde frentes que no esperaríamos. ¿Pero qué hace con el Tío Richie? ¿Por qué asociar su nombre al del polémico empresario? Pues ella está feliz ahí. Se siente y se sabe libre. Entonces, ejerce su posición con profesionalismo y agudeza, esquiva las críticas y mejor se dedica a trabajar e incidir. Le sale bastante bien. Cuando ella toma un asunto en sus manos, pasan cosas. 

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