"Antes de conocer a Cristo, los corintios tuvieron experiencias religiosas paganas; en la cuáles rendían culto, servicio a los ídolos, los cuales ya entendemos por el capítulo 10, que eran básicamente demonios. (10: 19, 20)
Estos eran ídolos mudos. Ellos no le hablaban, estos no estaban vivos, pero los seguidores de estos ídolos hacen que ellos “vivan”. Se hablan a sí mismos, se guían a sí mismos, construyen su religión bajo sus propias experiencias y deseos.
Así es fácil ser “un creyente”, cuando lo que dictamina mi religión o mi credo es algo que me acomoda o es algo con lo cual estoy de acuerdo. Pero esto es justamente lo que el Dios verdadero desaprueba.
" Pr. Rodrigo Cisternas