En Europa y sobre todo en Alemania a día de hoy hay un número indeterminado de bombas de la segunda guerra mundial sin detonar. Durante la guerra las fuerzas aliadas lanzaron más de 5 millones de bombas en la Alemania nazi, una de cada 10 no explotó por lo que el riesgo de encontrarse con alguna en las zonas más bombardeadas es bastante alto. Cada día en toda Alemania los hombres y mujeres del equipo de desactivación de bombas trabajan para terminar con este último y peligroso legado de la segunda guerra mundial.