En el invierno de 1941/42, el avance alemán en Rusia se tambaleó. La derrota de Stalingrado siguió a principios de 1943 y, finalmente, la batalla de tanques más grande de todos los tiempos tuvo lugar cerca de Kursk.
Octubre de 1941: mientras Hitler cree que su triunfo es inminente, sus hombres y tanques se congelan donde están. Mientras tanto, el Ejército Rojo consolida sus posiciones. Cegado por su orgullo y su locura asesina, Hitler persistió en una serie de errores que sellarían el destino de la Wehrmacht en Stalingrado, la tumba del poder alemán y el primer signo del debilitamiento nazi, primero en el este, luego en todo el mundo. frentes