¿Alguna vez has sentido que defraudabas al resto porque tus méritos no eran tan reales o importantes como los de los otros? ¿O qué todos los logros que obtenías no eran gracias a ti sino producto del azar? Es aquí donde aparece el síndrome del impostor, un fenómeno que sufre mucha gente, cuando la persona es incapaz de internalizar sus logros, donde emerge de ellos un sentimiento de incompetencia, cuando cree que el éxito que han obtenido a lo largo de la vida ha venido por mero producto de la suerte.Todo esto puede llevar a un “pesimismo defensivo”, a patrones de conducta y de pensamiento bastante desadaptativos, donde es frecuente encontrar una alta autoexigencia, miedo al fracaso, baja autoestima, marcada sensibilidad hacia las críticas y sobre todo baja resiliencia, que deriva en una escasa capacidad de obtener un aprendizaje de los acontecimientos negativos. Pero, ¿qué se puede hacer con estos comportamientos y pensamientos?Nuestra directora y coordinadora de equipo, Isabel Moya, psicóloga sanitaria y asesora educativa, nos cuenta más sobre este tema que tanto malestar genera en muchos estudiantes y trabajadores.