6 min de escucha
Sánchez, el de contabilidad, de Toni Schweinheim
Sánchez, el de contabilidad, de Toni Schweinheim
valoraciones:
Longitud:
7 minutos
Publicado:
4 nov 2021
Formato:
Episodio de podcast
Descripción
Dentro de todo lo que vengo leyendo para seleccionar cuentos que compartir con ustedes, me encontré con esta obra de un autor bonaerense a quien desconocía, pero que logró captar mi atención rápidamente, lo que me llevó a ponerle la voz para que ustedes también lo conozcan. Les transcribo aquí su bio, publicada en https://cafecito.app/tonidibujante para que tengan más datos de él.
“Toni”, seudónimo o apodo o hipocorístico de Antonio David Felix Schweinheim, apellido más acorde a un mediocampista de la década del ’90, cabeceador de calefones de la selección alemana que a un dibujante. Estudió para Contador Público. Se recibió pero terminó de contador de chistes y dibujándolos porque malinterpretó eso de los “balances dibujados”. Se dedicó efímeramente al fútbol, lo cual le trajo enormes ganancias… a los traumatólogos por la cantidad de lesionados que dejaba tendidos en el campo de juego. Para no lastimar a más personas, se dedicó a dibujar y a escribir. A la tierna edad de 8 años tenía escrito un libro de cuentos, otro de geografía y otro de matemática, lo que lo llevó a recibir una reprimenda por parte de su padre por arruinar libros recién comprados. Hoy se lo puede ver en el sitio “Don Patadon”— el cual fundó y fundió—, además de múltiples colaboraciones, como por ejemplo cuando le piden una moneda para la birra, en la calle. Ah, y por sobre todas las cosas es Fontanarrosista.
“Toni”, seudónimo o apodo o hipocorístico de Antonio David Felix Schweinheim, apellido más acorde a un mediocampista de la década del ’90, cabeceador de calefones de la selección alemana que a un dibujante. Estudió para Contador Público. Se recibió pero terminó de contador de chistes y dibujándolos porque malinterpretó eso de los “balances dibujados”. Se dedicó efímeramente al fútbol, lo cual le trajo enormes ganancias… a los traumatólogos por la cantidad de lesionados que dejaba tendidos en el campo de juego. Para no lastimar a más personas, se dedicó a dibujar y a escribir. A la tierna edad de 8 años tenía escrito un libro de cuentos, otro de geografía y otro de matemática, lo que lo llevó a recibir una reprimenda por parte de su padre por arruinar libros recién comprados. Hoy se lo puede ver en el sitio “Don Patadon”— el cual fundó y fundió—, además de múltiples colaboraciones, como por ejemplo cuando le piden una moneda para la birra, en la calle. Ah, y por sobre todas las cosas es Fontanarrosista.
Publicado:
4 nov 2021
Formato:
Episodio de podcast
Títulos en esta serie (100)
Cuarteles de Invierno, Osvaldo Soriano, Capítulo 1 de Historias con voz propia