Hoy elegí para compartir con ustedes un cuento de “El llano en llamas”, novela insignia de Juan Rulfo, un escritor, guionista y fotógrafo mexicano, perteneciente a la Generación del 52.
Este relato nos cuenta la historia de Macario, un chico que vive son su madrina y con Felipa, quienes cuidan de él y de las que queda al cargo cuando mueren sus padres (una situación que en este relato no tiene más presencia que una breve mención).
Rulfo narra desde la voz de este personaje, lo cual hace que tenga aún más fuerza lo que se cuenta. Macario es un chico que siempre tiene hambre y que vive obsesionado por la culpa y por el pecado porque no quiere ir al infierno.
Puede intuirse, además, que padece algún problema mental y que no es plenamente consciente de las cosas que le suceden a su alrededor y que es violento, e incapaz de relacionarse con otros chicos de su edad de una forma normal.
Eso nos lleva a comprender las conductas que Macario explicita, muchas de las cuales podemos atribuirlas al contexto en el que Rulfo escribe, casi mostrando una realidad que le es cercana y familiar, según el modo en que él ha visto a su México.
Creo, sin temor a equivocarme, que de “El llano en llamas”, Macario es de los textos más maravillosos que he leído, crudo, duro, pero con una sensibilidad a la hora de elegir cada palabra, de construir cada frase, que hace que valga la pena sentarse a escucharlo, o leerlo, si es que tienen el libro a mano.