Cuentan las leyendas que cuando Noé seleccionó una pareja de animales de distintas especies, en el caso de los perretes, ellos fueron los elegidos para así ser salvados del diluvio universal
Su historia se pierde en la memoria del tiempo. Su gran belleza, quizás, no sea su hermoso aspecto, sino su valiente caracter.
Sabemos que su cuna fue lo que hoy conocemos como Afganistan, donde sus antepasados serian utilizados como perretes de caza por su gran potencia a la hora de correr detrás de gacelas, zorros, chacales, liebres e incluso leopardos de las nieves.

Cazaban solos o en pareja haciendo equipo con humanos a caballo y halcones.
Cabalgarían en la silla, junto al humano, para acercarse a los rebaños de gacelas y cuando al caballo le abandonaban las fuerzas, saltarían para continuar la carrera mientras el halcón impedía que las gacelas continuaran su huida y así lanzarse contra ellas y atraparlas.
Considerado dentro de los perretes tipo Lebrel como el más veloz en terrenos de gran dificultad, al que se le sigue criando y apreciando en todo el mundo.
El Galgo Afgano es un espíritu libre e independiente que no deja indiferente a nadie.