Dicen que lo que está afuera es una manifestación de lo que está adentro. Nuestra casa es un reflejo de lo que venimos a sanar, a aprender a cambiar. Y lo podemos ver en un cuadro que colgamos en la pared, en un sillón azul o plateado que colocamos en el living, una pared que pintamos, un mueble que heredamos de mamá, las canillas que pierden o el desorden constante.

Todo tiene un por qué, un para qué, una razón de llegar a nuestra vida y generar "algo". Ese algo, para mi, depende de la decisión que tomemos en ese instante. ¿El AMOR o el EGO? La elección no es tan difícil y es bastante clara. Sin embargo, no estamos acostumbrados a guiarnos con el corazón, ni mucho menos a que todo nos salga tan bien.

¿Lo merezco? ¿Seguro algo malo me va a pasar porque no puede estar todo tan bien?

Sí te mereces lo mejor, todo el tiempo. ¿Lo podés aceptar? ¿Lo querés aceptar?

Si tu respuesta es SÍ, entonces repetítela durante meses, sentila cada vez más dentro de tu nueva piel y con convicción accioná. Decí BASTA, NO, TE AMO, TE SUELTO, ACEPTO EL DINERO, ACEPTO EL PLACER DE LA SOLEDAD. Declará lo que quieras cambiando algo de tu casa, los objetos, los colores, buscá ayuda, asesoramiento y colocá la INTENSIÓN de lograr lo que deseas.

Invité a Agustina Abrego de www.instagram.com/bio.feng.shui que nos habla sobre estos temas y cómo potenciar el área del amor o la pareja.

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