Por lo general, las mañanas pueden no ser tan maravillosas como las pintan las películas, y en muchas ocasiones las afrontamos dejándonos llevar por emociones negativas generando que adoptemos una actitud pesimista, sin embargo, el problema no son las mañanas en sí, sino en como las vivimos y empezamos el día, a la mayoría nos estresa atrasar el despertador, no tener tiempo para disfrutar de una ducha agradable o disfrutar un desayuno completo y energizante, ir con prisas el resto del día, corriendo de un lado para otro... en fin...
Éstos entre otros muchos motivos repercuten en nuestra productividad, energía personal, y relaciones interpersonales. Y es que dependiendo de cómo empieces el día, es fácil saber cómo va a transcurrir el resto de la jornada, así que quiero invitarte a iniciar tu día con este decreto, para asegurar así un mejor día, y una mejor vida.