El Misterio De La Biblioteca Antigua: El libro embrujado y su increíble viaje a través del tiempo. Un libro infantil de aventuras con un toque de fantasía (Edad: 8, 9, 10, 11 y 12 años)

Por Caterina Argenti

¡Prepárate para sumergirte en una historia llena de misterio, enigmas y fantasía!

Esta fascinante aventura es un puente entre el pasado, el presente y el futuro, donde la magia de las palabras se convierten en la clave para resolver enigmas centenarios.

En el corazón de una ciudad olvidada por el tiempo, se alza una antigua biblioteca, guardiana de secretos y magia oculta. Aquí, Elisa y Tom, dos intrépidos amigos, descubren un antiguo libro que les arrastrará a una aventura intemporal. Nuestros héroes se encontrarán cara a cara con personajes de la antigüedad, civilizaciones misteriosas y desafíos que pondrán a prueba su valor y astucia.

“El misterio de la antigua biblioteca” es más que un cuento. Es una invitación a descubrir la importancia de la amistad, la igualdad y el coraje, valores eternos que guían a Elisa y Tom a través de peligros y descubrimientos, enseñándoles que, juntos, nada es imposible.


Lo que encontrarás en este libro:

ᯓ★ Una historia apasionante que te llevará en un viaje a través del tiempo, explorando y conociendo personajes increíbles.
ᯓ★ Las detalladas ilustraciones dan vida a la antigua biblioteca y al maravilloso mundo que exploran los protagonistas.
ᯓ★ Un lenguaje accesible y atractivo, perfecto para jóvenes lectores ávidos de aventuras y misterios.
ᯓ★ Valiosas lecciones de vida, transmitidas a través de la inquebrantable amistad de los personajes y sus aventuras, que estimulan el respeto por la diversidad y la importancia del conocimiento.

Este libro es el regalo perfecto para cualquier ocasión, para guardarlo celosamente e inspirarse en él siempre que se busque una aventura que una corazón y mente.

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Edad de lectura recomendada: 8, 9, 10, 11 y 12 años.

• Idioma: Español
• Editorial: Dream Light Fiction
• Fecha de lanzamiento: 24 nov 2025
• ISBN: 9781806473960

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EL MISTERIO DE LA BIBLIOTECA ANTIGUA

Copyright © 2024 Caterina Argenti

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CAPÍTULO 1

CAPÍTULO 2

CAPÍTULO 3

CAPÍTULO 4

CAPÍTULO 5

CAPÍTULO 6

CAPÍTULO 1

No quería entrar en aquel absurdo laberinto que parecía una biblioteca.

Si hubiera sido por él, habría pasado toda la tarde de formas mucho más emocionantes, como jugar a las consolas. No solo tenía que ir al colegio y prestar atención a asignaturas que no le interesaban, sino que el día anterior su madre había decidido que también estudiaría en aquella biblioteca todas las tardes después de clase.

Escuchar al profesor hablar de teoremas matemáticos o fórmulas extrañas era suficiente para hacerle la vida imposible. De hecho, hasta le habrían gustado las matemáticas, si no hubiera sido disléxico y discalcúlico.

Esa maldita dislexia. Siempre lo arruinaba todo. Cada vez que perdía mucho tiempo explicando a sus nuevos compañeros de qué se trataba, solo para encontrarse con las burlas de siempre, por ese estúpido problema que ni siquiera era tan grave, si tan solo no tuviera que ir a la escuela todos los días. Es decir, solo se trataba de no saber leer y escribir con fluidez, nada del otro mundo.

Black and white image of an elegant, historic library with tall bookshelves, wooden tables, chairs, and a large arched window letting in natural light.

La única asignatura que realmente le gustaba era Historia. Al fin y al cabo, en historia no había fórmulas que aprender de memoria, solo se trataba de escuchar un relato, de una época diferente y lejana a la nuestra. Los griegos, los romanos, los etruscos, los pueblos bárbaros. Disfrutaba descubriendo lo que había sucedido en el pasado. Suspiró pesadamente mientras deambulaba por las estanterías de aquella gigantesca biblioteca, buscando un libro. Sabía que debería haberse concentrado en estudiar las materias científicas, ya que eran las que más le costaban, pero en aquel momento no le apetecía, estaba demasiado desanimado.

Así que empezó a buscar algunos libros de historia. Quizá de una época histórica de la que aún no supiera nada. Como aficionado a los videojuegos de todo tipo, había vivido muchas épocas legendarias diferentes: los antiguos romanos, la Francia de la Revolución, la América de los vaqueros, la Inglaterra victoriana, incluso la Prehistoria. Por no hablar del Futuro.

Tom sonrió para sus adentros al imaginar que realmente se encontraba en una posible era futura, con su propio platillo volante de superalta tecnología, completamente guiado por inteligencia artificial.

Le encantaba la tecnología. Si hubiera podido elegir otra época para vivir, habría sido el futuro.

Mientras estaba sumido en sus pensamientos, no se dio cuenta de que una joven se le había acercado, también totalmente perdida en su propio mundo, ocupada en leer un libro que acababa de coger de la estantería contigua a la suya.

Aquella biblioteca era realmente gigantesca. ¿No podía ir a leer a otro sitio?

Tom la miró disimuladamente. Parecía tener unos once o doce años, así que más o menos la edad de él; tenía unos ojos grandes, claros y concentrados, el pelo rubio hasta la espalda y un vestido verde hasta los tobillos.

No captó más detalles, porque sin sus gafas graduadas no podía ver gran cosa desde aquella distancia. Volvió tranquilamente a su búsqueda, hasta que sintió los ojos de la joven sobre él. Esta vez era ella quien le miraba con curiosidad.

Tom se volvió y sus miradas se encontraron.

¿Por qué me miras?, le preguntó un poco molesto.

Eras tú quien me miraba a mí, respondió ella, estudiándolo. El rostro concentrado de la niña lo inquietaba un poco, así que Tom desvió la mirada.

Dime, ¿por qué pareces tan enfadado?, continuó.

¿Enfadado? No estoy enfadado, replicó con tono de protesta. No me apetece estar aquí, eso es todo, dijo despreocupadamente.

¿Aquí en la biblioteca encantada?

Ante tales palabras, Tom se volvió hacia la joven, repentinamente interesado. ¿De qué estás hablando? ¿Qué quieres decir con embrujada?.

Esa chica era extraña, pensó.

Se encogió de hombros, como afirmando lo obvio, y luego volvió con la nariz hundida en las páginas del libro que sostenía.

Eh no, ¡ahora Tom quería saber qué pasaba por su cabeza!

Se acercó a ella y llamó su atención: Soy Tom, por cierto, se presentó, esperando a que ella hiciera lo mismo.

¡Elisa!, le dijo, estrechándole la mano.

¿Tú también vas a la escuela media?

¡Sí!, hago la segunda.

¿Y te gusta ir allí?

¡Sí, mucho! Me gusta estudiar, me gusta leer, por eso vengo aquí todos los días.

Yo no, en absoluto, respondió abatido.

Entonces, ¿por qué estás aquí? Nunca te había visto antes.

Mi madre me obligó. Tengo que recuperar las malas notas.

¡Oh... por eso tienes esa cara tan larga!.

¡No tengo la cara larga!

¡Baja la voz! Molestarás a los demás!

Disculpa, dijo mortificado, mirando a su alrededor. De hecho, nadie parecía haberse dado cuenta de su pequeña trifulca; todos estaban sentados en una de las largas mesas hojeando páginas en silencio, o buscando más libros en alguna estantería. En cualquier caso, nadie se acercaba a su estantería. Escucha... sobre lo que dijiste antes... ¿qué querías decir con 'biblioteca encantada'? Tú no te crees esas cosas, ¿verdad?.

Tom siempre había creído firmemente en la lógica. Puede que no fuera un as de las matemáticas y la ciencia, pero seguía