Reutemann: El hombre que pudo y no quiso ser presidente
()
Información de este libro electrónico
Por esa convicción, el autor de este libro ha decidido reivindicar el tipo de liderazgo de Carlos Alberto Reutemann, caracterizado por la austeridad, la honestidad y la administración estricta de los recursos públicos, aplicados con una impronta social y una vocación decidida hacia el bien común.
En esa dirección, el autor rescata y testimonia hechos puntuales vividos junto a Carlos Reutemann, que muestran esa impronta y su firmeza para saber decir no a la demagogia, no a la corrupción, no a los abusos y prebendas con la que se suele tentar la clase política. Un hombre que, consciente de que su perfil no era el adecuado para el momento histórico, supo incluso renunciar a una candidatura presidencial que contaba con amplios consensos.
Relacionado con Reutemann
Libros electrónicos relacionados
Conversando con Sebastián Piñera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPreguntas que hacen historia: 40 años entrevistando (1970-2010) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Y ahora, ¿qué? Desengrietar las ideas para construir un país normal Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Señores auditores, muy buenas tardes: Selección de Pamela Hernández y Silvia Hernández Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Asesor del Presidente: El Ascenso al Poder de Alberto Gonzales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl poder de la paradoja Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa campaña imposible Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos años de Aznar: Una crónica histórica de quién estuvo allí para contarlo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPpr, La Guerra No Está En La Calle Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVisiones de un ciudadano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDe Carabobo a Puntofijo: Los Causahabientes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVeintitres cartas entre Sarmiento y Lastarria Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa transformación de las razas en América Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesViaje a la memoria: Un recuento personal Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Patria que viene: Conversaciones sobre la libertad en Venezuela Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl país del Dolor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCrónicas imperdibles de El Mostrador: Público, gratuito y de calidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones¡Vamos?: Una temporada en política Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Abogado del Presidente Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa decadencia del relato K Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La amenaza Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHeberto y el PRD Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa jornada de un escrutador Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Historia de los partidos políticos en América Latina Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSobre la vida civil: ¿Por qué soy radical? y otros textos humanistas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mentira os hará libres Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPortales: Una falsificación histórica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistorias De Un Reportero Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Perro Furioso Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPoliteia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Política para usted
Resumen de Las 48 Leyes del Poder, de Robert Greene Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La gran adicción Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Illuminati: los amos que controlan el mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Literatura infantil Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cómo Invertir En El Mercado De Valores Para Principiantes Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El poder: Un estratega lee a Maquiavelo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Psicología de las masas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Lo que pasó Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La batalla cultural: Reflexiones críticas para una Nueva Derecha Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las 50 leyes del poder en El Padrino Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las venas abiertas de América Latina Calificación: 5 de 5 estrellas5/51984 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los cárteles no existen: Narcotráfico y cultura en México Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Manifiesto comunista Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Toda la verdad sobre el COVID-19: La historia detrás del gran reinicio, los pasaportes de vacunación y la nueva normalidad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La enfermedad de escribir Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los doce apóstoles de la economía peruana: Una mirada social a los grupos de poder limeños y provincianos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La experiencia de leer Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Trastornos de la alimentación Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dignos de ser humanos: Una nueva perspectiva histórica de la humanidad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Historia de la corrupción en el Perú. Tercera edición Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La rebelión de las masas Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El arribista del poder: La historia no publicitaria de Massa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un sueño de igualdad: Antología Martin Luther King Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl profe. Cómo Pedro Castillo se convirtió en presidente del Perú y qué pasará a continuación Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Cambie su mundo: Todos pueden marcar una diferencia sin importar dónde estén Calificación: 5 de 5 estrellas5/5CeroCeroCero: Cómo la cocaína gobierna el mundo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La conjura: Los mil y un días del golpe Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Comentarios para Reutemann
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Reutemann - Ángel Enzo Baltuzzi
Prólogo
Hubo un tiempo en el que, en el intento de destruir las ideas de la política, de frivolizar todo debate ideológico, se recurrió a prestigios externos, como una manera de asumir que las ideas no eran el espacio de los estadistas, de la trascendencia. Entonces fueron muchos los convocados y, desde mi visión personal, solo el Lole Reutemann
estuvo a la altura del desafío. Era un hombre que de sobra expresaba el sueño de los inmigrantes de forjar un país, de los hijos de aquellos que habían venido a trabajar la tierra y enfrentar con pasión el desafío de la vida. Era, además, un deportista brillante y arriesgado, un productor enamorado de su tierra, y un hombre absolutamente responsable de sus actos.
Pocas veces tuve el gusto de hablar a solas con él, y nunca olvido los nervios de una reflexión que compartió conmigo: ¿Si en mi segunda gobernación hay menos recursos que en la primera implica que somos nosotros los que estamos empobreciendo al país?
.
Ese nivel de autocrítica no solía reinar en el mundillo político, donde casi todos se reducían a disfrutar de sus propias y abundantes prebendas. Hacía política mientras pensaba como un productor, nunca aceptó convertirse en un dependiente del Estado, ni mental ni económicamente. Fue de los pocos, quizás el único, que, proviniendo de afuera de la política, asumió el cargo con la responsabilidad que corresponde.
Luego llegó el desafío de su candidatura a presidente, honor que estaba al alcance de su mano y que, contradiciendo las leyes de nuestra afición por el oportunismo, le ofrecieron y rechazó. Fue en ese tiempo cuando tuve otra oportunidad de acompañarlo en sus reflexiones. Con esa madurez y humildad que era común en él, y casi inexistente entre nosotros, me interrogó si había salida para nuestra decadencia, asumiendo que no se sentía capacitado para enfrentar semejante desafío. Estaba claro que no era un acto de cobardía, sino el más meditado gesto de responsabilidad.
Fue un político consciente de sus actos, que nunca abandonó su vocación productiva y supo renunciar a supuestos honores que no se sentía en condiciones de afrontar. Sin duda, un hombre del que tenemos mucho que aprender.
Julio Bárbaro
Agosto de 2023
Prólogo del autor
No resulta fácil escribir sobre las experiencias políticas vividas con un personaje tan especial y atípico como quien fue dos veces gobernador de la provincia de Santa Fe y ejerció varios mandatos como senador de la Nación. El objetivo de este trabajo no es hacer un estudio histórico ni documentado de dos períodos de gobierno. Se trata de un relato testimonial respecto de hechos relevantes que he vivido personalmente y que son significativos para mostrar el carácter de un dirigente que ha marcado la historia de Santa Fe con una impronta inigualable.
Relato el testimonio de algunos hechos que muestran, sin lugar a dudas, la firmeza del carácter del exgobernador, su voluntad inquebrantable y sus decisiones inflexibles cada vez que merodeó por su gobierno algún posible hecho de corrupción. No temió ni titubeó ante ningún poder económico o político que tuvo enfrente. No dudó en no dejarse torcer el brazo por un personaje equiparado a un capo mafioso
, o por el dueño de un medio de prensa poderoso y, ni siquiera, cuando se dio el caso, por el propio presidente de la República.
También me refiero al tiempo en que todo el arco político, y la opinión pública en general, habían puesto sus ojos en Carlos Alberto Reutemann como un posible candidato presidencial. Analizo el día en que, ante una multitud de periodistas y en el propio salón blanco de la Casa Rosada, dijo decenas de veces que no sería candidato presidencial, cuando gran parte del país esperaba lo contrario.
Pongo de manifiesto sus debilidades formativas por no haber hecho una carrera universitaria y haber dedicado esos años, en cambio, a una actividad riesgosa (automovilismo de alta competición) que, a falta de formación intelectual, forjó en él un carácter y una voluntad inquebrantables. Aunque Reutemann nunca presumía de su formación ética, en ciertas ocasiones, recordó sus estudios con los jesuitas del colegio La Inmaculada
, en su momento considerado el mejor de la ciudad de Santa Fe. Y, a decir verdad, habiéndolo conocido en su vida pública (no conozco demasiado de la privada), es indudable que subyacía en sus acciones un trasfondo de formación moral.
Hacia el final del libro, abordo el momento más difícil de la vida política de Reutemann. El tiempo en que, acosado por el kirchnerismo fundamentalista y por un sector muy agresivo de la oposición, no encontró respaldo de su partido para su reelección como senador nacional. Una reelección que él, creo que erróneamente, consideraba necesaria para no quedar a merced de sus enconados enemigos. Expongo allí mi discrepancia con el camino tomado. Aunque salvó su banca de senador, perdió el afecto de muchos peronistas que hubieran preferido que resistiera dentro del justicialismo, aun manteniendo posiciones discrepantes con la hegemonía que entonces ejercía el kirchnerismo.
Podrá decirse que el presente trabajo es demasiado condescendiente o elogioso con el exgobernador. Sin embargo, he considerado como una obligación moral dar este testimonio que relata hechos objetivos, aunque poco conocidos, y que reivindica la figura de Reutemann como persona y como dirigente. Ya existen suficientes detractores y habrá quizá otros en el futuro. Espero haber hecho un aporte al traer a la luz algunos episodios que muestran un hombre de Estado, con dotes y atributos poco comunes en comparación con la generalidad de la clase política actual, salvando ciertas excepciones, tanto en la dirigencia de Santa Fe como de toda la Argentina.
Capítulo I
1990 - El peronismo en dificultades
Para abordar aquel momento del peronismo santafesino en que aparece la figura de Carlos Reutemann, debo explicar los motivos y trayectorias que me llevaron a coincidir con él en el escenario de la política provincial. Desde el regreso de mi exilio en España, el 30 de noviembre de 1982, trabajé en la actividad privada. Durante los primeros años, me desempeñé como gerente de Legales de Bodegas Graffigna, empresa que había sido adquirida por accionistas españoles y a quienes conocía desde mis años de exilio en la península ibérica. Luego, a finales de 1985, gané un concurso y fui designado gerente de Recursos Humanos y Relaciones Laborales de SEGBA (Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires).
Vivía en Rosario y trabajaba en Buenos Aires. Los fines de semana me reunía con mis compañeros de la agrupación Movimiento de Renovación Peronista
(MRP) que lideraba mi entrañable amigo y respetado dirigente Gualberto Venesia. Ello motivó que, en la interna de 1987, en la que Raúl Carignano se postuló como candidato a gobernador por la renovación peronista y Gualberto Venesia como candidato a intendente, yo fuera incluido como candidato a senador suplente por el departamento Rosario. La renovación peronista ganó la interna en esa ciudad. Venesia, que era intransigente con ciertas prácticas cuestionables del peronismo santafesino de entonces, no tuvo todo el apoyo que necesitaba de la estructura gobernante en la provincia y perdió por poco margen la elección general contra Horacio Usandizaga.
En el orden provincial, el Dr. Víctor Reviglio, que ganó en forma ajustada la interna a Raúl Carignano, fue, en cambio, consagrado gobernador holgadamente en la elección general contra el Changui
Cáceres de la UCR.
Cuento estos prolegómenos porque en la mitad del mandato de Víctor Reviglio se produjo una situación extremadamente traumática con su vicegobernador, Antonio Andrés (el trucha
) Vanrell. Ese episodio, que relataré sucintamente y que termina con la destitución de Vanrell, cambió la suerte futura del peronismo santafesino y permitió, como último recurso o tabla de salvación
, la aparición de Carlos Alberto Reutemann en la escena política santafesina.
En la segunda parte del mandato del gobernador Reviglio, se produjo un conflicto por la administración del Senado provincial.