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Conocerás a Dios
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Libro electrónico111 páginas1 hora

Conocerás a Dios

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Información de este libro electrónico

Este libro fue canalizado con el firme propósito de ayudar a todas aquellas personas que utilizan la Radiestesia Espiritual o cualquier otra técnica o manera para su evolución espiritual.
Lo recomiendo sobre todo para los que están en un nivel avanzado, pues hay términos e información que si no se conoce de antemano o se está demasiado condicionado puede que no se comprenda e incluso se rechace sin pararse a profundizar.
Como comprobará el lector, el libro es muy fácil de leer y aparentemente parecerá no ser más de lo que es, sin embargo, recomiendo leerlo tantas veces sea necesario y en las diferentes etapas de evolución de la vida.
No se tome al pie de la letra cierta información, pues debe ir más allá de su mente.
Ojalá Dios logre con este libro que más hijos suyos se unan a Él.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 may 2023
ISBN9788419867001
Conocerás a Dios
Autor

Ramón Fenoll Moreno

RAMÓN FENOLL MORENOReconocido radiestesista, terapeuta energético – espiritual y psíquico médium. Durante años ha enseñado Radiestesia Espiritual a cientos de personas de todo el mundo. Pionero en la utilización y divulgación de la radiestesia en la comunicación con el “más allá”.

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    Gran libro... enhorabuena por esta publicación tan íntima y tan potente

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Conocerás a Dios - Ramón Fenoll Moreno

Primera edición: marzo de 2023

Copyright © 2023 Ramón Fenoll Moreno

Editado por Editorial Letra Minúscula

www.letraminuscula.com

contacto@letraminuscula.com

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.

Canalicé este libro por medio de la radiestesia espiritual, es decir, utilizando un péndulo y una tabla de comunicación. Así pues, los diálogos obtenidos pueden parecer demasiado simples e incluso algo toscos; sin embargo, para aquellos que no saben del método en sí empleado, es algo, al menos conmigo, completamente normal. Mis Seres de Luz me dicen que haciéndolo de esa manera llegan a un mayor número de personas.

Cuento aquí parte de la historia de mi vida y cuál fue mi despertar en el mundo de la materia.

Mi intención no es hacer de este libro un relato edulcorado y lleno de florituras. Seré lo más claro y directo posible en darles la información que mis Ángeles y Dios quieren que les dé.

Soy consciente de que habrá gran cantidad de cosas que aquí cuente que romperán muchos de los esquemas que les han estado acompañando durante toda su vida. Habrá momentos en los que tal vez no les guste lo que lean, todo dependerá de su condicionamiento. Les recomiendo leerlo entero, pues hay momentos en los que lo que parece ser no es.

Quiero dejar claro que lo que aquí cuento es mi experiencia, eso significa que lo que cuente no tiene por qué ser lo que realmente es. Siempre invito a todas las personas a que duden de todo y a que sean ellas mismas las que por medio de la experiencia descubran la Verdad de todas las cosas.

Este libro existe con el único objetivo de ayudar.

Verán los que tienen que ver.

Cuarenta y seis años he tardado en unirme a Dios.

Algunas personas lo hacen antes o después, pero la verdad, eso realmente no importa demasiado. Lo que sí sé es que fui yo el que elegí todas y cada una de mis experiencias y, aunque mi mente ha interpretado que ha sido una vida dura la que he tenido, hoy por hoy, mi Ser Interno, lo que yo soy realmente, lo ve totalmente distinto. Todas y cada una de las cosas que me han pasado son para mí una bendición, y no hay día que no le dé las gracias a Dios por absolutamente todo.

Ya desde niño era rarito: demasiado independiente, excesivamente solitario, pero lo más llamativo era que pasaba de ser hiperactivo a contemplativo en pocos segundos. Eso sí, era superamoroso y protector para con todas las personas y animales indefensos y perdidos, como yo.

Me mantuve en mi maravillosa burbuja de colores durante diecisiete años, hasta que mis Guías decidieron sacarme del armario a empujones y llevarme al mismísimo infierno.

Aún recuerdo aquella noche en la que toqué fondo y, tras un estallido en mi cabeza, se me aparecieron de nuevo Ellos, después de muchos años, pero esa vez en sueños, mostrándome qué debía hacer para salir de todo aquel sufrimiento. Y fueron poco a poco enseñándome, no sin que antes pasara por innumerables rabietas, frustraciones y tantas otras emociones.

Tengo que decir que nunca quise creer en nada más allá de lo que mis sentidos percibían. El problema es que empecé a sentir lo que otros no sentían y tuve que cambiar de rumbo para comprenderme yo y el mundo que me rodeaba. A medida que iba aprendiendo, mis Guías me fueron llevando donde jamás hubiera imaginado: a unirme a Dios.

Unos meses antes de cumplir los cuarenta y siete años, empecé a recibir unos mensajes distintos a los que mis Guías me habían estado dando. Físicamente comencé a sufrir una serie de efectos en mi cuerpo que no supe entender al principio de qué me venían, sin embargo y por fortuna, al final del proceso comprendí que eran parte de mi unión con Dios.

Tengo que decir que, previamente a llegar a tal punto, pasaron muchos años de desidentificarme, de desapegarme, de perderme, de encontrarme y finalmente de parar y controlar mi mente.

A continuación, les contaré cómo fueron esos últimos días.

2 de noviembre

Conversando con Dios:

D (Dios): Tienes que estar más conmigo.

R (Ramón): ¿No estoy lo suficiente?

D: Estás todo el día trabajando.

R: No estaría tanto si no necesitara tanto para poder vivir en este mundo.

D: No estás más conmigo porque no te acuerdas de mí.

R: Es verdad, pongo la mayor parte de mi atención en los demás y en el trabajo, lo admito.

D: Vives para otras cosas en lugar de estar conmigo.

R: Mi Señor, al escucharte mi mente saca como conclusión que parece que estás celoso por prestarle más atención a los demás que a ti. Seguramente no es eso, pero en estos momentos, como muy bien sabes, me siento en la obligación de estar más encima de mi familia, ayudándolos, además de con todas aquellas personas que parece me necesitan con la Radiestesia Espiritual.

D: Para estar más conmigo tienes que ayudar, pero ¡acuérdate de mí!

R: ¿Acaso tengo que dejar todas esas cosas y volcarme en exclusiva a ti, como hacen los fanáticos religiosos?

D: No, tienes que estar conmigo tanto como con los demás, pero acuérdate de mí.

R: Creo entender.

D: Tú tienes que estar más en mí contigo mismo.

Casi dos meses antes.

6 de septiembre

Tras una muy dura y esperada experiencia siento algo que nunca antes había sentido, como si todo mi proceso de autoconocimiento hubiera acabado.

H (Hermanos o Guías Espirituales): No te preocupes por lo sucedido.

R (Ramón): No, no estoy preocupado; a pesar de lo duro que ha sido para mí, estoy muy tranquilo, me siento por fin en paz (al menos con ese asunto, y creo que con todos los demás).

H: Tú ya lo tienes todo hecho.

R: ¿Todo hecho? ¿A qué os referís?

H: A que ahora tú vas a unirte a Dios.

Me asusto al recibir ese mensaje, pues lo primero que me viene a la cabeza es vas a morir.

R: ¿Acaso voy a morir, Hermanos?

H: ¡No!

Siento que se ríen.

R: ¿Podéis decirme algo que me ayude a comprender qué es lo que está pasando o va a pasar?

H: Tú ahora uniéndote estás. No tengas miedo, no va a pasarte nada que tu mente considere malo. Ahora tienes que tener una vida más tranquila.

R: La tengo tranquila, no me quejo.

H: Ahora vivirás una vida más tranquila aún.

R: ¿A qué os referís?

H: A que aprenderás de Dios a amar incondicionalmente. Él será el que

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