Coordenadas Vitales a Son De Mar

Por Yolanda León

Embárcate en la aventura de transformar tu vida, todo viaje comienza con un paso, con una decisión.
Atrévete a superar tus miedos para afrontar los retos de la vida y trazar tu mapa de ruta.
Coordenadas vitales a son de mar, es el primer título publicado, una historia de ficción sobre náutica y desarrollo personal ilustrada por la misma autora.
Narra el viaje que compartirán Celia, una profesora d eartes plásticas que al acabar su último curso escolar y ante las puertas de la jubilación, decide pasar los próximos años navegando en velero, Marta, una antigua compañera de escuela que sale de una relación sentimental y acaba de recibir un grave diagnósticoy Ania, la hija de Celia, una estudiante de derecho que atraviesa una crisis personal
Tres perspectivas y momentos vitales diferentes confluyen en un viaje planteado de forma metafórica, como un viaje interior y de autodescubrimiento a la vez, hacia los escollos del alma y el corazón para transitar entre os arrecifes de la vida con seguridad y confianza.
Una singladura náutica de transformación para espíritus aventureros, eternos aprendices de la vida y náufragos emocionales que siguen buscando respuestas.

• Idioma: Español
• Editorial: Yolanda León
• Fecha de lanzamiento: 16 jul 2022
• ISBN: 9781005577735

Vista previa del libro

COORDENADAS VITALES

A son de mar

Yolanda León

©Todos los derechos reservados

Copyright © 2022 Yolanda León

Portada: Ilustración de la autora sobre un retrato de su hija: Malena T. León

Primera edición: Mayo de 2022

Autoedición y diseño: Yolanda León

Ilustraciones de la autora

La publicación de esta obra puede estar sujeta a variaciones y futuras ampliaciones por parte de la autora.

ISBN 9781005577735

Dedicatoria

A Malena, a Damià

Y a todos los que tuvieron el coraje

de librar sus propias tormentas

Sobre la autora

Nace en Barcelona, España, en 1969. Realizó estudios universitarios en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona.

La vida laboral de la autora se ha centrado mayormente en ejercer la docencia, en centros de enseñanza secundaria y bachillerato, en la modalidad de artes plásticas, actividad que viene desarrollando desde hace más de veinte años, en Cataluña inicialmente y en las Islas Baleares donde se trasladó hasta la actualidad.

La inquietud por conocer nuevas culturas y ampliar horizontes le llevó en el año dos mil a iniciar trabajos de cooperación con asociaciones femeninas en Burkina Faso.

De aquellas experiencias destacó la importancia de saber aprovechar las oportunidades que puede ofrecernos nuestra sociedad para llegar a ser y hacer lo que cada uno invente para sí mismo.

Hacía tiempo que resonaba en su cabeza el sonido del mar, siempre había procurado tener alguna orilla cerca que propiciase el encuentro con el azul, color de libertad. La idea empezó a cobrar protagonismo y fue tomando presencia, aquel proyecto vital cobró forma en su primer velero, luego un segundo, el Harmattan (nombre de un viento de polvo seco del Sáhara occidental), con el que se inició en la navegación por el mar Mediterráneo, siguió sumando millas por el Adriático y el Egeo hasta la actualidad.

Coordenadas vitales, a son de mar, es un relato de ficción a partir de la experiencia personal, un viaje desde dentro, una aventura náutica y metafórica de los escollos del alma y el corazón para transitar entre los arrecifes de la vida con seguridad y confianza.

Una singladura de autodescubrimiento y transformación para espíritus aventureros, eternos aprendices de la vida, y náufragos emocionales que siguen buscando respuestas

LAS COORDENADAS

grabadas en la piel

son como un lastre

una carga

que no hemos elegido

pero que soportamos

Sobre este libro

Hay momentos en la vida que vienen marcados por puntos de inflexión donde nos vemos obligados a tomar decisiones cuando percibimos que nuestra situación se ha atascado.

En términos náuticos se llama quedarse al pairo, quieto, a la expectativa de las circunstancias...

Los sentidos en el mar siempre están más despiertos, un sonido inusual en la jarcia de labor en cubierta, puede indicar un incremento en la intensidad del viento, habrá entonces, que tomar las decisiones adecuadas, con el margen de tiempo suficiente para preparar el barco con el cuaderno de bitácora presente para saber dónde estamos, y hacia dónde vamos.

El mar puede tener infinitos paisajes, puede ser una ventana abierta a la luz del espacio infinito de un mar en calma donde elevar la mirada entre las infinitas estrellas o por el contrario, puede ser una puerta a la sombra del abismo donde caernos ante el desánimo, el temor, la duda o la incertidumbre de un mar embravecido.

Esos paisajes podemos reconocerlos en nosotros mismos, las decisiones, los desafíos que afrontamos en la vida pueden hacer que afloren los instintos y recuerdos más profundos, los miedos y tristezas ancladas en los escollos del alma.

Nuestras coordenadas vitales, los surcos que llevamos grabados en las cartas ocultas de nuestro ser, serán la referencia, el Norte hacia el cual orientar el compás en un viaje desde dentro, para conocernos un poco más allá de la imagen que proyecta el reflejo del agua donde miramos.

Desde mi experiencia docente, resuenan en mi cabeza las conversaciones que podía intercambiar con los chicos en el aula, en los momentos iniciales a las clases, donde los diálogos adquirían otro tono, en un intercambio de impresiones mutuo y personal sobre la experiencia vital en relación a temas universales o a pautas de vida, que, aunque serían más propios de materias como la filosofía o la literatura, el hecho de venir de una profana en la materia como yo,

aportaba el tono sincero que captaba su atención, en el cual se percibía el privilegio de la profesión docente. Los alumnos ante el discurso académico adoptan cierta distancia, en la cual, y desde nuestra posición, percibimos la lejanía de la lección de sus verdaderos intereses y motivaciones, pero cuando conseguimos salvar las distancias, entonces la comunicación se vuelve viva, se establece un vínculo de confianza y uno tiene la percepción de poder tocar una vida.

Tras muchos años de dedicación a la docencia, desde mi modesta experiencia puedo concluir que las lecciones más importantes parten desde el corazón y son las que nos conectan con nuestras experiencias emocionales, a través del respeto y la humildad. Para esto no te acredita ningún título universitario, enseñar no consiste en transmitir únicamente lo que se sabe, lo que te dicen que se debe saber, examinar y poner una nota. Es mucho más, para todos, más que las lecciones aprendidas en la escuela, son las experiencias de vida las que van formando los surcos que dejan las penas ocultas, los velos de tristeza que todos guardamos en mayor o menor medida y por fortuna, como motor de cambio, en el corazón.

La enseñanza de las artes plásticas tiene un carácter diferenciado respecto al resto de materias, se considera una asignatura inferior, una María porque atiende más a los sentidos o a las emociones y sentimientos que a la razón, aunque detrás de cada pensamiento haya un impulso emocional. Es el mismo tratamiento que ha recibido la educación física o la música. Si bien es verdad que tiene un carácter diferenciado, desprovisto del aspecto intelectual del resto de materias, puesto que tiene que ver más con aquellos aspectos propios del hemisferio derecho del cerebro, más intuitivo, el que nos conecta con las imágenes, el sentimiento, la creatividad, la imaginación, lo espiritual, una dimensión más profunda de la realidad, el todo a diferencia de las partes que caracteriza al hemisferio izquierdo, más centrado en los aspectos superficiales y materiales de la existencia, propios del resto de materias que reciben un tratamiento más racional.

La experiencia me ha hecho valorar ambas facetas, la emocional y la racional, para el correcto desempeño de la labor artística. La plástica no es solamente el desarrollo técnico de ciertas habilidades manuales, sino la transmisión de conceptos y de ideas con un potencial poder transformador. Detrás de la actividad artística hay también una actividad intelectual de cuestionamiento, no vale sólo