El Humanismo De Adolf Hitler

Por Michellangelo Fanscini

La Segunda Guerra Mundial no terminó en el Juicio de Nuremberg. La Gran Conflagración continúa hasta el presente y es escenificada por los dos contendientes originales; el oro y la sangre. Los dueños mundiales del dinero, a través de la globalización y demás sistemas financieros y los nacionalsocialistas que reafirman su convicción por la Vida y la Voluntad del Poderío aún permanecen en la arena del Coliseo bajo la mirada prudente y cautelosa del Vaticano en espera constante del fatal desenlace de cualquiera de ambos Gladiadores. Una de las tácticas de lucha de los nacionalsocialistas es la divulgación de su auténtica ideología que brilla con un sol de vida y deber ser. Por ello han elegido a sus mejores mentes. Esta obra como su par “La Filosofía Nazi” del mismo autor, demuestran la existencia del pertinaz conflicto y su vigoroso esfuerzo por la victoria.
Este libro, como el otro, develan las ocultas fuerzas que determinarán un ya futuro próximo.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 8 nov 2018
• ISBN: 9781506527307

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Copyright © 2018 por Michellangelo Fanscini.

Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:    2018913122

ISBN:         Tapa Dura                     978-1-5065-2732-1

                   Tapa Blanda                  978-1-5065-2731-4

                   Libro Electrónico          978-1-5065-2730-7

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Fecha de revisión: 06/11/2018

Palibrio

1663 Liberty Drive

Suite 200

Bloomington, IN 47403

787704

ÍNDICE

AGRADECIMIENTOS

DEDICATORIA

PRÓLOGO

CAPÍTULO 1 HUMANIDAD

CAPÍTULO 2 EL FIN DEL HUMANISMO

CAPÍTULO 3 ADOLF HITLER PRESO

CAPÍTULO 4 LA FILOSOFÌA DE ALFRED ROSENBERG

CAPÍTULO 5 EL HUMANISMO DE ADOLF HITLER

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

AGRADECIMIENTOS

A mi esposa Blanca Esthela. Mis hijos Princesa, Miguel Ángel, mi Padre Don Porfirio, a mi colaboradora Brenda Alicia y, por supuesto, al Doctor Guillermo García Murillo.

DEDICATORIA

La presente obra la dedico, íntegramente, a SAN AGUSTÍN DE HIPONA

PRÓLOGO

¡AMIGOS LECTORES, NOS HAN LANZADO UN DESAFÍO!

En congruencia con la sagaz inteligencia, conocimientos en filosofía, derecho, sociología y otras disciplinas, el Dr. Miguel Ángel Rodríguez Herrera nos provoca con la presente obra.

La provocación consiste en encontrar (dentro del torbellino de ideas y emociones desatadas por la combinación, de hechos históricos y propaganda, difundida por el bando vencedor de la segunda guerra mundial) lo bueno y lo útil que tenían los vencidos.

Usando como pretexto provocador la obra más controvertida de la historia reciente, mí lucha por Adolfo Hitler y el término que más pasiones despierta y descrédito tiene, que es el de raza.

Así entonces, empezamos por la provocación central, que en mi opinión, es el de raza.

Esta palabra es en realidad un término polisémico, con una historia registrada desde el segundo siglo de la era común, ésta historia nos ilustra sobre los diferente significados que ha tenido en las distintas épocas y sociedades.

La primera acepción es la que se inserta en el contexto de la medicina humoral de la cultura grecolatina, donde el equilibrio de los diferentes humores aseguraba la salud y su desequilibrio la enfermedad. Esto determinaba la fisonomía y el color de la piel, asignándole al color de la piel criterios éticos y morales. No se tenía preferencia por ningún color en especial, sino más bien a un equilibrio proporcional y no se presentaba el color blanco como color ideal.

Otra significación se desarrolla cuando el europeo sale y se encuentra con la región de china cuando Juan Gonzales de Mendoza (1540_ 1617) decía que los habitantes de cantón eran morenos o de color amarizados y por el contrario en el interior el color de los habitantes era del color de los alemanes, italianos o españoles.

Hubo otros autores que los describían como de color amarillo pálido, amarillo azul, sin color vivo, no se hablaba de razas.

Cuando se descubre a los nativos americanos con un color de piel intermedio entre el negro y el blanco, según Hering, el color intermedio está dado por la constelación entendiendo por constelación una combinación de factores considerados como determinantes de la apariencia, estos factores serían el clima, la alimentación y los humores, para percibirlos como entes determinados por los ancestros, como algo que traemos por naturaleza. Así fue como los fenotipos tomaron relevancia para categorizar racialmente a los grupos humanos aunque en ese entonces no existía la cientificidad que identificaba al color de piel con la raza. Ese hecho de cientificidad ocurrió a principios del siglo ex.

Paralelamente, los reyes católicos, sintiéndose amenazados por el desarrollo de las etnias de los judíos, moros y herejes en la península ibérica tuvo que tomar medidas severas para defender su fe y la de la iglesia, y combatir contra las amenazas internas y externas.

Aunque se considero como una amenaza aros judíos desde los años 1391, en ese periodo solo le les pidió su conversión, pero en 1449 se les expulsó.

Para evitar que los judíos conversos accedieran a los puestos de las instituciones militares, del gobierno y del saber, se complementa el edicto de expulsión con el edicto de limpieza de sangre dado por el consejo de Toledo en 1449 para de esta manera poder investigar las líneas de parentesco.

Con éstos edictos toda persona que solicitara el ingreso a cualquier institución mencionada debía someterse a la prueba de limpieza de sangre con el propósito de probar que no tenía mácula de sangre o sea qué pertenece a un buen linaje. Para estas pesquisas se empieza a relacionar factores de fenotipo con la ascendencia del interrogado.

Concluyendo con el concepto de raza en el renacimiento. El término raza tiene el sentido de linaje, descendencia, procedencia, origen con un sentido neutro. Por otro lado, como mancha, tacha, defecto, con carga negativa.

(Fuente consultada.- artículo revisión histórica del concepto de raza en Max He ring y Peter wades UNAM)

Después de esto fue que empezó a desarrollarse el anti judaísmo religioso pero además racial. Ya no se trataba de ser católico o no, sino de ser puro o impuro atendiendo al origen familiar y los antecedentes de ese origen con la conversión de los moros el color de piel se incluyo como criterio para identificar a los impuros de sangre y a los seguidores del Corán.

Otras de las consecuencias de estos