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Secretos Inmobiliarios: Como comprar y vender viviendas con fines de lucro
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Secretos Inmobiliarios: Como comprar y vender viviendas con fines de lucro
Libro electrónico153 páginas1 hora

Secretos Inmobiliarios: Como comprar y vender viviendas con fines de lucro

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Información de este libro electrónico

¿Te gustaría dejar tu trabajo?
¿Quieres ganar una fortuna comprando y vendiendo inmuebles?


Si

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento11 sept 2020
ISBN9781636440071
Secretos Inmobiliarios: Como comprar y vender viviendas con fines de lucro

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    Secretos Inmobiliarios - Jose Lopez

    Uno

    Los bienes raíces y tú

    Primero que nada, amigos míos, ¡os felicito por estar aquí conmigo en este viaje! Significa que os habéis decidido a probar el camino de los valientes. ¡Y no es cualquier cosa, ya os lo digo yo! Más delante os contaré por qué digo esto.

    No soy yo, el tipo de persona que guarda celosamente los secretos de su éxito. Al contrario, soy esa cotorra que no puede parar de hablar sobre ellos. Soy muy feliz desde que obtuve mi libertad financiera gracias a los bienes raíces, y lo único que deseo es que todos disfruten de la misma abundancia.

    El asunto aquí es este: no todos están dispuestos al mismo empeño y esfuerzo para lograrlo. Aunque conocen mi departamento en Malasaña, mi bonito auto deportivo alemán y mi abultada cuenta bancaria, es simplemente imposible. Y vosotros ya sabréis bien que nadie es niñero de nadie. Para ser ayudado, uno debe quererlo y estar dispuesto a aceptarlo. Debe consentir a trabajar por ello.

    Pues bien, el negocio de los bienes raíces es de lo más amplio y variado y, como ya os he mencionado antes, no es para personas que estén dudando o pensándoselo demasiado. Como dicen coloquialmente por ahí, no es apto para cardiacos.

    Cuando no se sabe nada en absoluto sobre los bienes raíces, este negocio puede parecer casi igual de intimidante que un gigante de diez metros de altura y una tonelada de peso. Un gigante con yelmo de cuernos y una maza enorme; listo y puesto frente a ti con la finalidad expresa de golpearte en toda la cara. Se te revuelve el estómago, tragas saliva y una vocecita autosaboteante dentro de ti te dice:

    Tío, ¿por qué mejor no te compras una guitarra y te conviertes en artista errante? El riesgo es el mismo.

    En mi experiencia personal como experto inmobiliario, coach y mentor, la prueba de lo anterior está en mis colegas y conocidos que quisieron foguearse un poco y después, pálidos, nerviosos y algo asustados, me dieron las gracias y se decidieron a no renunciar a la ficticia seguridad de sus trabajos estables. Está presente, en todos y cada uno de los desertores de mi curso básico de iniciación en los bienes raíces.

    Lo del gigante no es broma. Puesto que la vergüenza de estar sin blanca pudo conmigo, cansado como estaba del paro y mi situación, os juro estaba decidido a lograrlo a como diera lugar. Investigué mucho en internet sobre las maneras en las que alguien como yo, titulado en Psicología sin su máster de General Sanitaria, podría empezar a hacer algo de dinero.

    Mi desempleo se alargaba, yo necesitaba dinero y mis opciones profesionales brillaban por su ausencia. Necesitaría dinero para sacarme el máster, y más dinero si es que quería montar un consultorio. Para mis planes o ideas, y a donde quiera que mirara, necesitaba dinero para llevarlos a cabo.

    Siempre digo que para iniciarse en los bienes raíces hace falta un apadrinamiento. No importa de qué tipo: un mentor, un libro, una invitación. Mi apadrinamiento llegó por medio de un amigo mío al que un amigo suyo regaló boletos para una conferencia en algún salón céntrico de Madrid. Mi amigo, al que llamaremos Adrián para efectos de este libro, no es muy aficionado a conferencias, menos si se trata de conferencias de autoayuda basura. Entonces Adrián terminó regalándome el par de boletos, que costaron a alguien unos 250 euros.

    Es graciosísimo; recuerdo que en cuanto Adrián mencionó lo del costo, me dije de inmediato que tal vez podría revenderlos a algún interesado.

    Sin embargo, no iría a ser así. Al sacar los boletos de su sobre, leí el título de la conferencia y no os miento, se me erizó la piel. Decidí que iría, no podía ignorarlo simplemente y ya. Yo necesitaba dinero y el boleto ponía que allí nos dirían cómo ganarlo. Invité a mi padre y fuimos juntos a las tres

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