Paz en medio de la tormenta

Por Wilfrido Cárdenas

Wilfrido Cárdenas Madrigal nació en la República Dominicana el 22 de octubre de 1978. Es hijo del Sr. Valentín Cárdenas y la Sra. María Madrigal. Es Licenciado en Psicología Clínica egresado de la Universidad Nacional Evangélica (UNEV) de la República Dominicana.

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• Idioma: Español
• Editorial: ibukku, LLC
• Fecha de lanzamiento: 10 jun 2019
• ISBN: 9781640863507

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Publicado por Ibukku

www.ibukku.com

Diseño y maquetación: Índigo Estudio Gráfico

Copyright © 2019 Wilfrido Cárdenas

ISBN Paperback: 978-1-64086-349-1

ISBN eBook: 978-1-64086-350-7

Legales

AGRADECIMIENTO

DEDICATORIA

INTRODUCCIÓN

PRÓLOGO

PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA

VIVENCIAS Parte I

VIVENCIAS Parte II

ERES MÁS QUE VENCEDOR (A)

VIVENCIAS Parte III

LA PAZ ES UN VIAJE DE MIL MILLAS Y SE DEBE SEGUIR PASO A PASO

FRASES PARA REFLEXIONAR

AGRADECIMIENTO

A Dios las gracias. Al glorioso Espíritu Santo, que me ha iluminado para escribir este libro que hoy es una realidad. Por guiar mi vida todos estos años, a ti, Jesús.

DEDICATORIA

Al glorioso Espíritu Santo de Dios. A mi amada esposa Gertrudis Serrano de Cárdenas, siempre dulce y comprensiva y a mi niño Samuel Júnior, a los cuales amo con todo mi corazón. A mi madre María Madrigal, mi padre Valentín Cárdenas y a mis hermanos y hermanas. A la madre de mi amada esposa, Ascensión Reyes y a todos aquellos que de una manera u otra colaboraron con esta obra. A todos los lectores. A los hermanos y hermanas en Cristo, a quienes amo entrañablemente en el amor del Señor. A mis pastores, por sobrellevarme y no ser indiferentes en los momentos aciagos y difíciles, especialmente a quien tuvo que ver con parte de mi formación en el evangelio, el pastor MARINO MARTÍNEZ PÉREZ. Al pastor SAMUEL DE LOS SANTOS y su esposa FAUSTINA SUERO ¡Cuánto los quiero! Al pastor JOSÉ MIGUEL ROQUE por sus enseñanzas. En especial dedico esta obra a la amada pastora CRISTINA FILOMENO y su amado esposo el Rev. ALBERTO FILOMENO en Philadelphia, Estados Unidos, ellos también fueron fuente de inspiración para escribir este libro.

AL ESPÍRITU SANTO DE DIOS.

INTRODUCCIÓN

Este libro no es un libro para ser leído de golpe o con ligereza, más bien, es para ser abierto en los momentos de desaliento, a fin de encontrar un poco de alivio para el espíritu perturbado. Hay muchos corazones tristes y espíritus abatidos hoy día que necesitan un toque especial de Dios, una palabra de amor, de esperanza, de fe y de levantamiento espiritual y emocional. Es para todos ustedes esta obra. Para aquellos que desean continuar luchando para aumentar el coraje y la fuerza de voluntad de aquellos que se han atrevido a desafiar apoteósicamente las duras amenazas de un mundo globalizado y lleno de dificultades.

Este libro debe traernos a la reflexión. Si a tu juicio crees que hay algo mal en él, pregúntate qué puedes hacer para unir esfuerzos y ayudar a construir un mundo mejor. Que la PAZ y el amor de Dios esté sobre ti. Piénsala, cáptala y medítala. He aquí esta obra.

SI JESÚS ESTÁ CONTIGO AVANZA Y NO TEMAS, TEN PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA.

PARA COMENZAR UN CAMINO DE MIL MILLAS DEBES DAR EL PRIMER PASO.

El Autor.

PRÓLOGO

El pastor Wilfrido Cárdenas es un hombre sensible a la naturaleza humana y espiritualmente tenaz en su lucha. Se revela en sus relatos como un escritor perceptible y agudo. Paz en medio de la tormenta es una obra reveladora y atrayente, lo demuestra cuando recrea imágenes subjetivas al lector y el pastor nos invita a su reflexión fehaciente. La expresión Paz en medio de la tormenta, se refiere a la cosa superada cuando el viento huracanado de la vida pasa sin dejar rastros. El autor menciona una gran cantidad de veces la frase "paz en medio de la tormenta", queriendo estampar el sello que le dio vida e inspiración a este proyecto. Es meritorio celebrar un material construido en un lenguaje sencillo y audaz, sin redundar en lo fortuito, hacia lo simple y lo complejo, pero coherente. Paz en medio de la tormenta levanta el espíritu angustiado y él descansa en lugares placidos. Comienza con palabras bíblicas alentadoras de Isaías 41:10-43. El lector entenderá sus virtudes progresivas y desafiantes, en ella encontramos el desafío y el asombro, lo mismo que el autor como eje central del drama. Aquí hay lucha y desacierto, pero firme convicción y dirección clara en sus objetivos. Los actores están sujetos a situaciones de siniestro y soledad lacerante, la agonía aparece en primer plano para luego ser suprimida por una fe inquebrantable; y si bien es cierto, la biografía del hombre se entreteje con mil malabares que no termina, mas alude con palabras alentadoras sobre su fe y confianza en el todo poderoso, empujando al lector, a creer que sí se puede confiar en Jesús y que jamás desampara al que confía en él.

Roberto Montero

PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios, que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. No temas, porque yo te redimí, te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegaran. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo, Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu salvador. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable y yo te amé, daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas porque yo estoy contigo, no te detengas, así dice Jehová, el que abre camino en el mar y senda en las aguas impetuosas, he aquí, que yo hago cosas nuevas y pronto saldrá a la luz, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. Por tanto, ¡levántate! Y resplandece, porque ha venido tu luz y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti, porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y la oscuridad cubrirá las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.

Entonces verás y resplandecerás, se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se ha vuelto a ti, la multitud del mar y las riquezas de las naciones han venido a ti, extranjeros edificaran tus muros y sus reyes te servirán, tus puertas estarán continuamente abiertas, no se cerraran ni de día ni de noche para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones y conducidos a ti reyes, vendrán humillados los hijos de los que te afligieron y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, te llamarán ciudad de Jehová, Sion del Santo de Israel. Haré que seas una gloria eterna, el gozo de todos los siglos, y mamarás la leche de las naciones, el pecho de los reyes mamarás y conocerás que yo, Jehová, soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob. En vez de bronce traeré oro, por hierro plata, por madera bronce, y en lugar de piedras hierro, y pondré PAZ por tributo y justicia por tus opresores. Nunca más se oirá violencia, destrucción ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás salvación, y a tus puertas alabanzas.

El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová mismo te será por luz perpetua y el Dios tuyo por tu gloria. No se pondrá jamás tu sol ni menguará tu luna, porque Jehová te será por luz perpetua y los días de tu luto serán acabados, ¡yo, Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto! No temas, ten PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA. (Isaías 41:10* 43:1-28* 60:1-22). Porque lo insensato de Dios, es mas sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres, porque a lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a los fuertes, y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. (1era. de Corintios 1:25-29).

SI EN TU BARCA HAY TURBULENCIAS, NO TEMAS, SI JESÚS ESTÁ CONTIGO, TEN PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA.

VIVENCIAS Parte I

Quisiera poder plasmar mis lágrimas en este libro y escribir con ellas aquel negro y espantoso recuerdo que llevo en mi pensamiento, vivo en mi memoria; cuando mis ojos pudieron presenciar aquel sollozante suceso en que la casa de uno de mis amigos, hermano en Cristo Jesús y compañero de ministerio, se incendiaba como una antorcha dejando solo las cenizas, aquellos escombros sinónimo de destrucción y espanto, mientras ellos, su amada esposa junto a sus tres hijos, como hombre y mujer de Dios, alababan al Señor en el templo junto a todos los hermanos. Dieron el aviso a las 9:15 p.m. de que un conato de fuego, un incendio abrasador, destruía sin compasión su humilde hogar, aquella casita construida en madera con un rústico piso de cemento, donde vivían con sus tres pequeños hijos. Ellos vieron el que fue su hogar deshacerse como paja que se lleva el viento. Al enterarse de la noticia, las lágrimas corrían por los ojos de aquel hombre predicador, un mar de lágrimas les embargó y el suceso consternó a la vecindad.

Su humilde esposa y sus tres vástagos no podían contener el llanto al ver la dura realidad de que se quedaban sin hogar y aquellos niños se preguntaban: ¿A dónde iremos ahora, qué haremos, dónde iremos a vivir? La congregación, junto a mi amado pastor, pudimos presenciar aquella cruda y triste realidad, todos expresábamos nuestras condolencias ante aquello que parecía no ser real. Unos llorábamos mientras otros abrazábamos a la familia para compartir su dolor, su desconsuelo y su desesperanza, aunque efímera y corta, porque ellos estaban confiados en Dios. El dolor, la desesperanza y las lágrimas que parecían no terminar, que corrían por los ojos de esa humilde familia como un mar, como un río que no termina su cauce, junto a una iglesia llena de amor, aquella angustia pronto desaparecería. De repente, en aquel templo recién construido, prorrumpió la voz de un joven predicador invitado esa misma noche quien fue testigo de aquella cruda y ensimismada realidad, mientras ministraba dijo con voz fuerte llena de poder y de autoridad: ¡Siervo, no temas... TEN PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA! Recuerdo las palabras de aquel predicador, lleno del Espíritu Santo y una gracia que venía del cielo, la cual caracterizaba el mensaje que decía una vez mas: después de una densa oscuridad viene un nuevo amanecer, no temas, ¡TEN PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA! Dios enjugará tus lagrimas y nunca jamás volverás a ser el mismo. Y la voz alentadora y llena de esperanza y amor de aquel pastor decía: Dios ha quemado la paja y te dará una nueva casa, Dios permite algunas situaciones para darte una gran bendición, no temas ¡TEN PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA!

Tras trece largos años de matrimonio y tres hijos, esa humilde mujer tenía albergada en su corazón una oración, solo una en especial: que Dios le diera un hogar seguro, trece años con esta petición, no por presunción, ni por vanidad, sino porque en aquella casita de madera, la inseguridad y el temor, eran latentes, el temor a que un viento, o una tormenta dejara sin hogar en cualquier momento a su familia. Justo allí, en aquella humilde casucha con sus soportes de palo perforados por los insectos, y con sus precariedades económicas, compartían su pan conmigo ¡nunca, jamás lo olvidaré! Pero tal como dijo aquel predicador, era un plan de Dios. De la casita encendida en llamas como una bola de fuego, solo quedaron las cenizas, por lo que para mí fue más que un deber y a la vez más que un placer, albergarlos en