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Los Celos Infantiles
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Libro electrónico117 páginas1 hora

Los Celos Infantiles

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Los celos infantiles son muy comunes y aparecen en diferentes momentos a lo largo del desarrollo infantil, de una manera u otra la mayoría de los pequeños sufren estos impulsos de celos ya sea de manera intencionada o no, incluso llegando a ocasionar graves problemas psicológicos. Con esta colección pretendemos aportar nuestros conocimientos para q
IdiomaEspañol
EditorialICB Editores
Fecha de lanzamiento3 abr 2019
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    Los Celos Infantiles - Moreno Morito Nazaret

    psicológicos.

    UNIDAD 1.1.

    LOS CELOS INFANTILES

    Los celos en la etapa infantil

    Los celos

    Diferencias entre rivalidad, envidia y celos

    Causas del comportamiento celoso

    Inteligencia emocional y celos

    LOS CELOS

    Los celos infantiles son un comportamiento afectivo a través del cual el niño expresa su temor a ser abandonado o a perder para siempre las figuras de apego. Desde el punto de vista de la psicología del desarrollo, la mayoría de los investigadores afirman que los celos infantiles no aparecen antes del primer año y medio de la vida (18 meses), y que se prolongan durante toda la primera infancia hasta alrededor de los siete años. Se ha comprobado que suele ser más frecuente en los niños que en las niñas.

    Son un estadio relativamente normal que hay que superar y no tienen importancia sin son circunstanciales y pasajeros, pero hemos de prestarles atención cuando alteren la convivencia y el desarrollo normal del niño o sean persistentes y no remitan pasados los cinco años de edad. Si se perpetúan, pueden conducir a un desarrollo anómalo de la personalidad, apareciendo síntomas muy diversos, como agresividad incontrolada, manifiesta inseguridad, regresión y desajuste en las relaciones interpersonales, que pueden llegar a la desconfianza, terquedad, tozudez y envidia.

    Ante un niño celoso, los padres no pueden adoptar una actitud demasiado permisiva ni excesivamente represiva. No corregir la conducta celosa como se debe, sin exigencias descarnadas, pero también sin blandas e injustas tolerancias, esto supone el hecho de que los padres están enseñando a sus hijos a odiar a sus rivales, aunque a veces lo hagan de manera no intencionada. Los padres que permiten esas conductas enseñan al hijo que ciertos sentimientos de envidia y de odio pueden estar justificados.

    También puede ocurrir que las conductas celosas se perpetúen como forma de obtener ciertos privilegios o mantener una posición de aparente fragilidad para utilizarla a su favor.

    Se considera que tienen un valor adaptativo, ya que es un sistema de regulación del niño para afrontar una nueva situación. Lo habitual es que vayan desapareciendo o reduciéndose a medida que el niño se hace mayor.

    En algunas ocasiones, cuando estos celos son persistentes en el tiempo, de cierta intensidad y cursan con malestar significativo en la relación familiar, es cuando podemos encontrarnos con los celos patológicos, que sí pueden asociarse a ciertos factores internos del propio niño, entre otras causas. Estos celos patológicos producen en el pequeño sentimientos de inseguridad, autocompasión e incluso llegar a la depresión infantil.

    El primer sentimiento de rivalidad y sensación de perder esa exclusividad con su madre la tiene el niño cuando descubre que a esta le gusta hacer otras cosas y con otras personas además de con él, por ejemplo con su padre, hermanos e incluso familiares o amigos. Asumir este triángulo ya supone una gran decepción, solo de pensar que hay más personas que ocupan su lugar este se crea un pensamiento de egocentrismo.

    DIFERENCIAS ENTRE RIVALIDAD, ENVIDIA Y CELOS

    La rivalidad, la envidia y los celos son palabras totalmente diferentes pero a su vez van entrelazadas. A continuación pasaremos a definirlas.

    La rivalidad es un enfrentamiento entre varias personas que aspiran a conseguir un mismo objetivo. Esta rivalidad no debe confundirse con los celos, debido a que no es un comportamiento constante sino variable, es decir, no ocurre en todo momento, solo aparece en casos puntuales para poder conseguir lo que ellos quieren.

    La rivalidad infantil normalmente suele aparecer sobre todo entre hermanos. Hay etapas en las que, indiferentemente de la edad que tengan, los niños se convierten a menudo en rivales, ya sea para captar la atención de sus padres o para lograr jugar primero con el juguete elegido. Esto quiere decir que hay etapas en las que los hermanos se pelean o discuten mucho entre ellos y otras en las que su relación es mucho más cordial.

    Los celos son sentimientos o respuestas emocionales que aparecen cuando una persona siente miedo o se siente amenazada por el rechazo de otra persona por miedo a perderla.

    Para que se den los celos es preciso que antes el niño haya experimentado el cariño de otra persona. Lo que caracteriza el comportamiento celoso es, precisamente, el temor o la inseguridad de perder el cariño de la otra persona.

    Por otro lado, la envidia es un sentimiento de tristeza o enojo que tiene una persona por no poseer algo que esa persona quisiera o desearía tener.

    En este caso, un niño envidioso experimenta el deseo de tener algo que otros tienen y a él le falta.

    Está acostumbrado a obtener lo deseado siempre, así que en el momento en el que alguien tiene algo de lo que esta persona carece, se convierte en un sentimiento envidioso por desear tener lo mejor siempre.

    CAUSAS DEL COMPORTAMIENTO CELOSO

    Existen distintas situaciones que pueden provocar en el niño el temor a perder el afecto de los padres o el sentimiento de haberlo perdido ya, en las cuales cabe destacar:

    EL NACIMIENTO DE UN HERMANO

    Al incorporarse un nuevo miembro a la familia, en este caso un hermano recién nacido, el pequeño normalmente actúa con un comportamiento celoso debido a los miedos o inseguridades al pensar que su hermano pequeño va a captar toda la atención de sus padres y quedarse este en un segundo plano.

    El recién nacido requiere una serie de cuidados y atención que hace perder al hermano mayor parte de la que se le dedicaba a él; la conducta de la madre hacia los hijos suele cambiar durante y después del embarazo, puede parecer impaciente o fácil de enfadarse, estos cambios están asociados a la gestación y el niño hace responsable de ellos al bebé.

    Para que este sentimiento de celos no ocurra hacia el hermano pequeño, los padres deberíamos preparar a los niños para la llegada del recién nacido.

    ¿CÓMO HACERLO?

    Bien, entre otras cosas, lo más importante para tratar este tema es aumentar la autoestima del infante y hacerlo partícipe en todas las actividades para

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