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El Conocimiento Científico Y La Biblia: ¿Son Irreconciliables?
El Conocimiento Científico Y La Biblia: ¿Son Irreconciliables?
El Conocimiento Científico Y La Biblia: ¿Son Irreconciliables?
Libro electrónico200 páginas3 horas

El Conocimiento Científico Y La Biblia: ¿Son Irreconciliables?

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Cuando se intentan analizar los escritos bblicos desde un punto de vista cientfico aparecen algunas dificultades que pudieran hacernos dudar acerca de la veracidad de la Palabra de Dios, por ejemplo, por qu la Biblia habla de insectos de cuatro patas?, Por qu clasifica a los murcilagos como aves y a los conejos como rumiantes?, Es la semilla de mostaza la ms pequea que existe? En este libro se abordan desde un punto de vista cientfico estas y otras cuestiones similares.
Dos son las condiciones principales necesarias para comprender estas aparentes contradicciones entre la Ciencia y la Biblia: no analizar por separado un texto de todo su contexto y comprender el significado del pasaje bblico en el idioma original en que fue escrito, de esta manera, podemos deducir que estas aparentes contradicciones son solo eso, aparentes contradicciones, concluyendo que entre la Ciencia y la Biblia existe una armona indiscutible.
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabidura, pdala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le ser dada. Santiago 1:5
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento23 ene 2013
ISBN9781463346720
El Conocimiento Científico Y La Biblia: ¿Son Irreconciliables?
Autor

José Manuel Rodríguez Domínguez

José Manuel Rodríguez Domínguez nació en la ciudad de Guadalajara Jalisco, México, en 1968. Obtuvo la Licenciatura en Biología y la Maestría en Ciencias en Procesos Biotecnológicos en la Universidad de Guadalajara. Ha laborado como profesor en diversos Centros Educativos en niveles de secundaria, bachillerato, licenciatura y posgrado. Actualmente es estudiante de Doctorado en Ciencia y Tecnología y se desempeña como Investigador y Profesor en un prestigiado Centro de Investigación en su tierra natal. Ha dictado varias conferencias acerca de la armonía existente entre la Ciencia y la Biblia. Además de hablar inglés y portugués, ha tenido estudios de gramática del Griego del Nuevo testamento y gramática del Hebreo del Antiguo Testamento.

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    El Conocimiento Científico Y La Biblia - José Manuel Rodríguez Domínguez

    Copyright © 2013 por José Manuel Rodríguez Domínguez.

    ISBN:   Tapa Blanda           978-1-4633-4673-7

    ISBN:   Libro Electrónico   978-1-4633-4672-0

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

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    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    [419217]

    ÍNDICE

    DEDICATORIAS

    AGRADECIMIENTOS

    PRÓLOGO

    PRIMERA PARTE: Redescubrimientos realizados por la Ciencia

    Los volcanes

    La sangre y la vida

    El tamaño y número de las estrellas

    Átomos, masa y peso

    La ubicación del planeta Tierra

    La redondez del planeta Tierra

    Los estados físicos y el ciclo del agua

    SEGUNDA PARTE: Aparentes contradicciones entre la Ciencia y la Biblia

    Las aves y el murciélago

    Las patas de los insectos

    La clasificación de los rumiantes

    La semilla y el árbol de mostaza

    Las leyes de la genética

    Los dinosaurios

    Otras aparentes contradicciones entre la ciencia y la biblia

    EPÍLOGO

    CONCLUSIÓN

    CRÉDITOS DE LAS ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS

    BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

    DEDICATORIAS

    A mi esposa Martha Yolanda Pérez Escalona por su gran apoyo, por su disposición para escucharme a cada momento de mi vida y por brindarme su amor incondicional.

    A mis hijas Adriana Yolanda y Lidia Angélica quienes con su sola presencia dan alegría a mi vida. Gracias hijitas, porque de ustedes puedo aprender cosas maravillosas.

    A mi madre Olimpia Domínguez quien con sus valiosos consejos y su continuo esfuerzo logró hacer de mí un profesionista y un hombre responsable y honesto.

    A mis hermanos Alma y Luis, por los momentos felices que hemos pasado juntos y también porque hemos sabido superar los momentos difíciles en tiempos de angustia.

    A la memoria de mi padre Dn. Manuel Rodríguez P. (quien el día 06 de Marzo de 2008 partió hacia las Mansiones Celestiales) por instruirme en el camino de Dios. Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. Proverbios 22:6

    A todos aquéllos que buscan la verdad y aman la verdadera Ciencia, aquélla que no está en conflicto con la Palabra de Dios.

    AGRADECIMIENTOS

    A Dios por darme la vida, por permitirme admirar su creación cada día y por enviar a su hijo Jesucristo para limpiarnos de todo pecado.

    A mi gran amigo el Pastor Juan E. Huegel por sus consejos, sus enseñanzas y por inducirme al estudio del idioma griego del Nuevo Testamento.

    A los Pastores Mario L. Philippi, Héctor Correa Vázquez y Miguel Ángel Otero por sus consejos, su gran ayuda y sus palabras de aliento en los momentos difíciles de mi vida.

    A mis queridos hermanos Ricardo Lemus, Eduardo Mora, Misael Méndez, Emilio Zerep y Alberto Gómez con quien he compartido momentos maravillosos para la Gloria de Dios.

    A mis amados amigos y hermanos María Yolanda, Eunides Antonio, Vanessa, Luis, Karla, Elizabeth, Xóchitl, Carlos y Paolo quienes constantemente se preocupan por mí y por mi familia. Gracias por su gran apoyo.

    A mi estimado amigo Dionicio Urbina por brindarme su amistad incondicional y por su valiosísima ayuda para la realización de este documento.

    A Paty Spurr sin cuya ayuda no hubiera sido posible la adquisición de algunos materiales para la realización de este libro.

    A Angélica Valdivia y Edgardo Villegas, por su ayuda en la elaboración y entrega de la mayor parte de las ilustraciones contenidas en esta obra.

    A Benjamín Rodríguez por todos los comentarios científicos y teológicos que hemos intercambiado.

    A mis queridos amigos y estimados compañeros Antonia Gutiérrez, Patricia Dupré, Evangelina Quiñones, Noemí Obledo, Rodrigo Barba, Nutan Prasad, Gabriel Rincón, Ernesto Tapia y Joaquín Qui, por su amistad y porque algunos de ellos contribuyeron con material para la realización de esta obra.

    A mi gran amigo Pepe Hernández Coronado quien siempre me ha brindado su ayuda desinteresada en los momentos de necesidad.

    A todos mis hermanos y amigos fieles cuyos nombres no he mencionado por falta de espacio, pero que saben que los tengo siempre presentes y que pueden contar conmigo en cualquier momento.

    PRÓLOGO

    Definitivamente la Biblia no es un libro en el cual encontraremos una descripción detallada de temas científicos tales como la clasificación taxonómica de plantas y animales, la fisiología del cuerpo humano, las partículas subatómicas, la composición química de las sustancias, etc., sería tanto como querer encontrar el tema de la fisión y fusión nuclear en un libro de recetas de cocina, o el método de obtención de la raíz cuadrada de un número en un libro de poesía; cada libro tiene su objetivo. El propósito de La Biblia es mostrarnos la voluntad de Dios para que vivamos de acuerdo a sus ordenanzas, es darnos las buenas nuevas de salvación que tenemos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo quien nos limpia de todo pecado.

    Sin embargo, en la Biblia también podemos encontrar algunos aspectos referentes a temas científicos y lo que más llama la atención es que estos temas relacionados con la Ciencia aún continúan vigentes a pesar de que la Biblia se comenzó a escribir hace más de tres mil años. Existen algunos libros de Ciencia que se escribieron en siglos pasados cuyos argumentos ya no son válidos en nuestros días, ¿Cómo puede ser que los temas científicos mencionados en la Biblia continúen siendo vigentes en nuestros días? La única razón es que la Biblia fue inspirada por Dios.

    Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 2 Timoteo 3:16

    Aun cuando la Biblia fue escrita por hombres, estos lo hicieron inspirados por el Espíritu Santo.

    porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2 Pedro 1:21

    Ahora bien, existen algunas aparentes contradicciones entre la Ciencia y la Biblia, por ejemplo, aparentemente la Biblia clasifica a los murciélagos como aves y a los conejos como rumiantes, también aparentemente da a entender que la semilla de mostaza es la más pequeña que existe; algunas personas tratan de justificar estas aparentes contradicciones diciendo que eran otros tiempos y que la Ciencia no estaba tan avanzada, lo cual dio origen a que se escribieran estos errores que a fin de cuentas no alteran para nada el propósito principal del mensaje en la Biblia. Personalmente yo difiero de estos comentarios, ya que aunque es cierto que las clasificaciones de los organismos o el descubrimiento de semillas más pequeñas que la de mostaza se dieron mucho tiempo después de que se escribió el último libro de la Biblia, las Sagradas Escrituras no deben de tener ningún error, pues Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos Hebreos 13:8. Más bien debemos analizar a qué se refieren estos pasajes para poder darnos cuenta que en la Biblia no existe ningún error científico, por el contrario, la Ciencia y la Biblia están en armonía, es decir totalmente de acuerdo.

    El presente libro se divide en dos partes principales:

    Parte I.- Redescubrimientos realizados por la Ciencia

    Parte II.- Aparentes contradicciones entre la Ciencia y la Biblia

    En la primera parte se presenta una serie de descubrimientos para los cuales los científicos se jactan de haber sido ellos, quienes gracias a la Ciencia, descubrieron tales fenómenos, los cuales sin embargo, ya estaban descritos en la Biblia desde hacía mucho tiempo atrás, es por eso que los menciono como redescubrimientos o refritos científicos, los cuales, si los científicos de aquellas épocas hubieran escudriñado en la Biblia, se hubieran dado cuenta que estos nuevos descubrimientos ya estaban descritos en las Sagradas Escrituras ahorrándose tiempo, dinero y esfuerzo. Se abordan temas relacionados con los volcanes, la sangre, las estrellas, el peso del aire, la ubicación y la curvatura del planeta Tierra y el ciclo del agua.

    En la segunda parte se presentan algunos temas donde existen aparentes contradicciones entre la Ciencia y la Biblia, es decir afirmaciones que se mencionan en la Biblia, las cuales al parecer no concuerdan con lo que la Ciencia dice. Se abordan temas tales como las patas de los insectos, las aves y el murciélago, la clasificación de los rumiantes, la semilla y el árbol de mostaza, las leyes de la genética y los dinosaurios, entre otros.

    Mi deseo es que lo expuesto en este libro sea una guía para demostrar la armonía indiscutible que existe entre la Ciencia y la Biblia.

    Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Colosenses 2:8

    Su Hermano en Cristo Jesús,

    José Manuel Rodríguez Domínguez

    NOTA.- A menos que se indique lo contario, todas las citas bíblicas fueron tomadas de la versión Reina-Valera 1960.

    PRIMERA PARTE

    Redescubrimientos realizados por la Ciencia

    Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén.

    1 Timoteo 6:20-21

    LOS VOLCANES

    La ciencia ha descubierto que la corteza de la tierra tiene un grosor variable, el cual va desde los 7 km promedio en las regiones oceánicas hasta los 40 km aproximadamente en la región continental. Debajo de esta corteza existe una zona de materia fundida denominada Magma (a profundidades de 70 a 150 km). El Magma es la Lava que sale durante una erupción volcánica.

    Durante mucho tiempo se intentó dar una explicación acerca de qué eran los volcanes y qué podía haber debajo de ellos que daba origen a las erupciones. Muchas civilizaciones antiguas intentaban explicar la actividad volcánica a través de mitos y supersticiones, la mayoría de ellos pensando que las erupciones y terremotos eran un castigo de los dioses por las faltas humanas y por lo tanto se debían de realizar ofrendas o sacrificios (en muchas ocasiones humanos) para calmar la ira de los dioses.

    En el libro titulado The Handy Geology Answer Book (Manual de Respuestas en Geología), los autores Patricia Barnes-Svarney y Thomas E. Svarney mencionan una lista acerca de las creencias que algunas civilizaciones antiguas tenían acerca de los volcanes:

    • Los Polinesios creían que los volcanes eran controlados por la semidiosa Pele.

    • Los Chilenos creían que una ballena gigante vivía dentro de los volcanes.

    • Los Japoneses pensaban que una araña gigante merodeaba dentro de los volcanes activos.

    • Los Indonesios creían que el mundo era sostenido por la serpiente Hontobogo, cuyos movimientos sacudían la tierra provocando que brotara fuego de las montañas.

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