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Grábate Esto
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Libro electrónico519 páginas5 horas

Grábate Esto

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Información de este libro electrónico

"Grábate esto" es un libro que introduce al lector con los conceptos de la ingeniería de grabación discutiendo temas desde lo mas simple hasta lo más complicado utilizando explicaciones fáciles de entender. Contiene sobre 90 fotos, más de 125 gráficas y 13 tablas que enriquecen el texto y ayudan a la comprensión de los conceptos. Sirve de excelente medio para introducir términos y conceptos al nuevo ingeniero de audio y de referencia para aquellos que son más experimentados.
"Grábate esto" es un texto que no debería de faltar en su biblioteca.
IdiomaEspañol
EditorialBookBaby
Fecha de lanzamiento1 abr 2016
ISBN9780990519416
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    Me parece un gran resumen sobre el mundo del audio y del técnico de audio. Me refresco varios conceptos y aprendido nuevos. Lo recomiendo mucho para personas que quieren comenzar en el mundo del audio.

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Grábate Esto - Adalberto Rivera

Tabla de contenido

CRÉDITOS

DEDICATORIA

AGRADECIMIENTOS

PREFACIO

INTRODUCCIÓN

INGENIERO DE GRABACIÓN EXITOSO

BREVE HISTORIA DE LA TECNOLOGÍA DE GRABACIÓN

QUE ES SONIDO

PROPAGACIÓN DE LAS ONDAS

EL MICRÓFONO

LA BOCINA

LA CONSOLA

METROS

PROCESADORES

DE ANÁLOGO A DIGITAL

CONVERSIÓN DIGITAL

ALMACENAMIENTO DE DATA

POSTPRODUCCIÓN DE AUDIO

APUNTES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

GLOSARIO

ACERCA DEL AUTOR

CREDITOS

© 2014 Adalberto Rivera Torres

Prohibida la reproducción en cualquier forma y por cualquier medio de esta edición.

ISBN 978-0-9905194-1-6

Diseño de portada:

Ricardo Sánchez

Alberto Quiles

Fotos del autor para portada y contra portada:

Alberto Quiles

Quiles Films

Gráficas e ilustraciones:

Joshua Capeles

Capeles Design

Corrección de texto:

Ámbar Enid Alcalá

Lizzy Álamo

Christian Torres

Diagramación:

Marcos Pastrana

Conversión a formato digital:

Juan B. Aquino

Digital Recording Services, Inc.

Comunicación con el autor:

Villa San Antón

G-19 Florentino Román

Carolina, PR 00987

facebook.com/pages/Grábate-esto

eaudio@mac.com

DEDICATORIA

A mi amada esposa Ámbar Enid Alcalá, que siempre me motivó y me animó a escribir este trabajo y ha sido mi mano derecha en todo. A mis hijos Ámbar, Daniel Esteban y Adalberto José. ¡Los amo con todas las fuerzas de mi corazón!

AGRADECIMIENTOS

Quisiera agradecer primero que nada a mi Señor y Salvador Jesucristo, sin el cual nada hubiera podido hacer.

A mis compañeros profesores del CCAT, porque he aprendido muchísimo de cada uno de ustedes.

A cada músico, cantante, productor, arreglista, técnico de grabación y asistente.

En el campo de la publicidad, a cada creativo, director creativo, productor, editor, locutor y actor.

A mi gran familia de Kamikazi Films: Carlos, Isaac y Maritza, por permitir que eAudio exista, dándome albergue en sus facilidades.

A Alfredo Torres, Ismael Torres y Marcos Pastrana por su valiosa e incondicional ayuda con todo lo relacionado a los aspectos técnicos de publicar un libro.

A Ricardo Sánchez y Alberto Quiles, por el diseño de la portada.

A Ambar Enid Alcalá, Lizzy Álamo y a Christian Torres, por la corrección del texto.

A David Rodríguez, por todas las recomendaciones.

A Alberto Quiles, por los photoshoots improvisados.

A Juan Aquino por la conversión de este trabajo al formato electrónico. Muchísimas gracias por tu paciencia...

En fin, a cada loco que se me ha cruzado en el camino y hemos compartido risas, amanecidas, pizza fría y la satisfacción de crear algo que de alguna manera toque y mueva alguna vida. A mi esposa e hijos, que merecen un libro completo de agradecimiento y de halagos... ¡Los amo!

Por último, quisiera agradecer a Joe Caldas, por darme mi primera oportunidad de trabajo en su estudio. A Tony Ochoa, por darme la oportunidad de trabajar en Ochoa Recording. También a dos pilares de la grabación en Puerto Rico: Don Toño Ochoa y don Pedrito Henriquez, con quienes junto con don Manolo Ochoa, todos los técnicos de grabación puertorriqueños estamos en deuda.

Adalberto (Eddie) Rivera

2014

PREFACIO

…Hay dos maneras de hacer las cosas: Bien o como tú dices. Tú escoges…

Richard Tex Stanley

(Técnico de grabación en Puerto Rico durante las décadas del 1960 y 70.)

El aforismo que acaba de leer proviene de una de esas anécdotas que ocurren en los estudios de grabación. Sucede cuando las peticiones de un productor o artista van más allá del buen juicio que el técnico de grabación tiene para hacer su labor conforme a los parámetros que requiere el género y estilo de música que se esté grabando. De primera instancia la frase se percibe pedante, sin embargo, cuando profundizamos en ello, nos damos cuenta que para invocarla se debe tener el conocimiento necesario que demuestre dominio y control de lo que se está haciendo. Este conocimiento no surge únicamente de la capacidad de talento o intuición que toda persona tiene para desarrollar vocación alguna en la vida. Es más bien el resultado de la motivación y disciplina que, al aplicarse en el proceso de aprendizaje, logra que la vocación se convierta en segunda naturaleza o destreza que nos define en ese llamado a ser en la vida: Logrando mediante la práctica de este conocimiento la posición de ser experto en la materia para así tener la capacidad de juicio y determinar qué está bien en una grabación.

Adalberto Eddie Rivera, autor del libro que tiene en sus manos, es compañero de vocación que por años ha demostrado su capacidad de dominio en el arte de grabar audio. Él no necesita ser justificado por terceros ya que su trabajo habla mejor que lo que palabras escritas puedan hacerlo. Su personalidad afable lo hace un ser extraordinario dentro del estudio de grabación, generando un ambiente conductivo a la creatividad. Es lo que todo técnico de grabación debe aspirar a ser: mediador entre las ideas creativas de un compositor, músico, arreglista, productor y artista, para así plasmar en un medio de reproducción esa experiencia que llamamos música, como parte de la gama de géneros en el arte sonoro. Para conocer el talento de Eddie es menester escuchar su trabajo. Les sugiero que obtengan el disco de un célebre cantautor cristiano puertorriqueño, Raúl Burgos: el álbum En el Corazón. La primera canción Gloria a Dios no tan sólo fue bien grabada y mezclada, sino que evoca la emoción y sentido de entrega de su intérprete logrando en quien la escuche vivir la misma experiencia. Son pocas las grabaciones que logran evocar sensaciones más allá de la auditiva.

Por años la industria de las grabaciones ha mantenido la noción que para lograr ser un técnico de audio no se necesita nada más que acercarse a un estudio, hacer amistad con el técnico y/o dueño del mismo y comenzar a hacer menesteres que ayudan dentro de la facilidad: recoger cables y micrófonos después de una sesión de grabación. Al igual se espera que se haga otras encomiendas como buscar comestibles, preparar café y lavar los servicios sanitarios de paso. No podemos negar que técnicos reconocidos vivieron estas experiencias y hoy ocupan una posición de prestigio. Pero, ¿es la única forma de lograrlo? Más aún, ¿es la forma correcta? ¿Significa entonces que una preparación académica no es necesaria? De ser así el libro que está leyendo no tendría razón de ser.

Eddie nos relata su historia de cómo comenzó, no muy lejos de lo antes expuesto. Pero también nos relata que estudió formalmente en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez, la universidad para ingenieros. Es aquí donde deseo hacer énfasis de la importancia de Grábate Esto. El autor después de años como técnico práctico tuvo la oportunidad de también convertirse en profesor de audio. En el proceso de enseñar descubre la necesidad de libros sobre la materia en español. Se da a la tarea de escribir uno en forma responsable concerniente a lo académico, pero a su vez, ameno y cálido en la enseñanza de los conceptos y teorías. Su estilo en presentar fórmulas y métodos utilizando ejemplos del diario vivir logra que se pueda aprender la materia con facilidad. Muchos estudiantes buscan cubrir de la forma más rápida los aspectos teóricos de la enseñanza sobre audio. Él nos enseña sin ser aburrido en ello. Logra que los conceptos se puedan asimilar para convertirse en técnicas aplicables en situaciones reales donde se tiene que grabar o procesar audio en todas sus manifestaciones, logrando de esta manera que futuros técnicos puedan aplicar este conocimiento como profesionales sin tener que vivir las vicisitudes de ser un búscalotodo en el estudio de grabación.

Es un honor ver un compañero de la industria realizar esta labor. Al leerlo me ayudó recordar conceptos ya olvidados, logrando que me remontara a mis tiempos de estudiante y con alegría decir: ¡Qué mucho me falta por aprender aún!

Espero que se convierta en el libro de texto de instituciones y generaciones futuras de estudiantes de audio puedan aprovechar y así demostrar que la vocación de ser técnico de audio es una que, no tan solo se rige por la noción de ser únicamente intuitivo, es la vocación que combina arte y ciencia para lograr plasmar en un medio de proyección sonora toda la gama de sentimientos y emociones que el ser humano con inspiración divina pueda expresar. Grábate Esto nos ayuda a hacerlo… Bien… Tú escoges…

Graben hasta los pensamientos.

Bendiciones,

David Rodríguez

Marzo 2014

David Rodriguez cuenta con 40 años de experiencia en la industria de las grabaciones e industria de la música. Comenzó estudios formales sobre tecnología y práctica de grabaciones en el 1973 en el Institute of Audio Research en Nueva York, siendo posiblemente el primer puertorriqueño en estudiar formalmente las artes de grabación. Ha sido miembro del Audio Engineering Society (AES) desde los años 70 en el cual ha participado como conferenciante al igual que en la Academia de la Artes y Ciencias de la Grabación (NARAS por sus siglas en inglés). David hace años perdió la cuenta de cuántas grabaciones ha hecho en su vida. Ha grabado artistas de todas partes del mundo, como Rubén Blades, Jack Bruce, Teo Macero, Chico Freeman, Willie Colón, Sheila E, Carla Bley, Danny Rivera, Kip Hanrahan, Tony Croatto, Tito Puente, Larry Harlow, Nestor Torres y Nicky Aponte, entre otros, incluyendo la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico en su larga lista de artistas.

Fundó el primer estudio de masterización digital en Puerto Rico, Digital Recording Services, Inc. en el cual lleva más de 20 años ofreciendo servicios de masterizado, restauración y servicios completos de producción en música y manufactura de discos ópticos mediante la compañía Disc Makers, compañía en la cual es gerente general para el área del Caribe. David posee un Bachillerato en Música de la Universidad Interamericana y actualmente su curiosidad por encontrar la experiencia máxima de grabar lo ha llevado a hacer estudios graduados en Neurociencia y Educación, entendiendo él que la última frontera en el estudio de las artes en grabaciones se encuentra en el cerebro.

INTRODUCCIÓN

Si no puedes explicar algo de forma sencilla, es que ni tú mismo lo has entendido lo suficiente - Albert Einstein

En el 2008 accedí a dar una clase sobre introducción a sistemas digitales en el Colegio de Cinematografía Artes y Televisión (CCAT) en Bayamón, Puerto Rico. Nunca había tenido la experiencia de enseñar un curso a ese nivel (ni a ningún otro nivel de educación superior), aunque he sido maestro de escuela bíblica y líder de jóvenes en mi iglesia.

Al darme a la tarea de preparar mis clases, buscar material y libros de texto, me di cuenta que el material que existe sobre temas de audio, tanto en libros de texto, como en el internet cae en dos categorías:

A) Material tan técnico y complicado que hay que tener un grado en ingeniería y física para entenderlo.

B) Material tan superficial y vago, que te deja con más dudas que respuestas.

Decidí entonces trabajar los temas de una forma más accesible, en arroz y habichuelas, como diríamos aquí en Puerto Rico, explicando los conceptos de manera que puedan ser entendidos más fácilmente y tratando de posponer el uso de fórmulas y conceptos matemáticos a menos que fuera estrictamente necesarios y aún así explicarlos lo más sencillo posible.

Es de las notas de ésta y otras clases que luego he tenido el privilegio de dictar, que nace este trabajo. Espero que lo disfruten y que sirva de herramienta y guía en esta profesión tan loca y bella que hemos decidido seguir.

Adalberto (Eddie) Rivera

Capítulo I

Ingeniero de Grabación Exitoso

Así que quieres ser un ingeniero de grabación. ¿Por qué quieres ser alguien que trabaja con audio? En mi caso, la idea de crear música, de poder grabar los distintos instrumentos y luego poder manipularlos individualmente era algo que me fascinaba. El ver los equipos trabajar, las luces y los metros moverse me causaba (y todavía me causa) una satisfacción increíble. Escuchar un trabajo hecho por mí por el sistema de sonido mientras espero en la fila del banco, o en la oficina del médico, o en el supermercado, me hace sentir que soy alguien especial, que mi trabajo es distinto al del resto de los mortales y aunque nadie en esa fila sepa, ni se entere, ni por un momento piense que tuvo que haber una persona responsable por grabar y crear la pieza que están escuchando, es una experiencia sumamente gratificante saber que fui parte importante de ese proceso creativo.

Nuestra profesión ha sido llamada de varias maneras:

• Ingeniero de sonido

• Ingeniero de grabación

• Grabador

• Técnico de sonido

Técnico de grabación

• Sonidista

¿Puede la persona que se dedica a grabar audio llamarse ingeniero de grabación?

¿Qué es un ingeniero? El diccionario enciclopédico Larousse define la palabra ingeniero como persona que profesa la ingeniería y luego procede a darnos unos ejemplos:

Ingeniero industrial - de minas, ingeniero agrónomo - el especializado en la práctica de la agricultura, ingeniero de sonido - técnico responsable de la grabación sonora de una película.[1]

No sé a ustedes, pero esa definición me dejó más o menos igual de a obscuras. Busquemos entonces la etimología de la palabra ingeniero. Nos tenemos que remontar al tiempo del imperio romano, específicamente la milicia romana. En el lenguaje militar existía la palabra ingenium. Esta palabra en latín se refería a una máquina de guerra (posiblemente una catapulta). Aparecen los vocablos ingeniarius e ingeniator para referirse al soldado especializado que conoce y maneja dicha máquina o el hombre de la máquina. Ingenium en latín también es el carácter innato, los rasgos psíquicos que han sido engendrados en el interior de uno, incluyendo el talento. Pero en el lenguaje militar ingenium era una máquina de guerra.

Los franceses toman prestada la palabra del latín y surge la palabra ingénieur, que luego es utilizada por los ingleses y surge la palabra engine que ahora significa motor, pero originalmente significaba máquina. Surge el término engineer, y su significado era el hombre de la máquina, tal como la palabra en latín. Con el tiempo se va modificando el significado de la palabra ingeniero, especialmente durante la revolución industrial, desde su inicio en que solo se le llamaba así a alguien que manejaba una máquina (maquinista), hasta el significado moderno, que identifica a aquellas personas que son capaces de diseñar, construir y manejar máquinas muy diversas y complejas.

En este sentido entonces, el ingeniero es la persona que utiliza su ingenium o talento innato, sus destrezas y conocimientos para resolver problemas, tanto físicos como técnicos, y trae soluciones para que el producto a crear o el problema a resolver, sea el que fuera, pueda ser realizado, sea este producto un edificio, un puente, una nave espacial, o una balada, un grupo de rock, o una pieza clásica.

¿Puede entonces una persona que se dedica a grabar audio llamarse Ingeniero de grabación? La respuesta a esa pregunta depende mucho del país donde vivas y de las leyes que regulen la profesión de la ingeniería en el mismo. En Puerto Rico la ingeniería, la agrimensura, la arquitectura, y la arquitectura paisajista están reguladas por el estado. Según la Ley 173 del 1988, para poder ser llamado ingeniero, o para ofrecer cualquier tipo de trabajo de ingeniería hay que cumplir con tres requisitos: 1. haberse graduado en ingeniería de una institución reconocida (tener un bachillerato), 2. pasar unos exámenes de reválida y ser reconocido por la junta examinadora de ingenieros y agrimensores de Puerto Rico, 3. ser miembro de Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico. La ley 173 de 1988 es bien específica y no se permite utilizar la palabra ingeniero, ni las siglas antes del nombre, ni dar la impresión, ni decir que se es ingeniero si no se cumplen los requisitos antes expuestos. Está catalogado como un delito grave violar la misma con pena de 6 meses de cárcel o hasta $10,000 de multa. No se puede ni siquiera tener tarjetas de presentación que contengan el título de ingeniero si no se cumplen los tres requisitos antes expuestos.

Por lo tanto, en Puerto Rico debemos utilizar cualquier otra palabra para nuestra profesión. Yo prefiero Técnico de grabación. Si vives fuera de Puerto Rico, te aconsejo que indagues si la palabra ingeniero está disponible para ser utilizada. En Estados Unidos, por ejemplo, la palabra no está tan regulada como en Puerto Rico. A lo largo de este libro utilizaremos la palabra técnico o la frase técnico de grabación para referirnos al ingeniero o ingeniero de grabación.

Desde pequeño siempre me ha gustado la música. Pasaba horas muertas escuchando música e imaginándome cómo fue que lograron crear los sonidos y efectos que escuchaba en mis LPs. Uno de mis pasatiempos favoritos era escuchar un disco y escuchar la misma canción una y otra vez concentrándome en un instrumento distinto cada vez que escuchaba la pieza.

Aprendí a tocar instrumentos y pertenecí a varios grupos musicales. La primera vez que entré a un estudio de grabación fue en el verano del 1974 con uno de estos grupos. Era un estudio de 8 canales localizado dentro de las facilidades de una duplicadora de cintas de 8 tracks. No lo sabía entonces, pero mi vida estaba a punto de cambiar para siempre. El estudio al cual fuimos a grabar era lo que podríamos considerar como uno de tercera o cuarta categoría, para no ser tan malos con ellos.

Cuando comenzamos a montar nuestros instrumentos, el técnico de grabación nos informa que no tenía suficientes micrófonos para grabarnos y tuvimos que prestarle de los de nuestro sistema de PA. El único micrófono que se le colocó a la batería fue colgado del techo, entre los plafones acústicos. Para aislar la batería, utilizó los screens o biombos de las ventanas. El micrófono se iba deslizando y bajándose a medida que el tiempo pasaba, y para el final de la sesión de grabación se oía más bombo que batería.

Tocamos todos a la vez, como si fuera una presentación en vivo. Si alguien se equivocaba, había que comenzar desde el principio. Tal parece que nuestro técnico no había oído hablar del punch in, ni de la edición en cinta. Grabamos 10 canciones en 5 horas, ¡y hasta nos sobró un canal! ¡Aquello fue una tragedia!

Sin embargo, aquel ambiente me fascinó. El hecho de que pudiera tener control sobre el volumen y ecualización de cada instrumento por separado, la capacidad de escuchar un instrumento en particular a mi antojo me impresionó grandemente. Le pregunté al técnico cómo se llamaba esta profesión y me responde que Ingeniero de grabación. En aquel entonces tenía 16 años y fue allí cuando decidí lo que yo quería ser: Ingeniero de grabación.

Al llegar el momento de decidir a qué universidad iría a estudiar, le comenté a mi orientadora de la escuela superior mi deseo de ser Ingeniero de Grabación y su repuesta fue que esa disciplina la enseñaba el Colegio de Mayagüez, bajo el departamento de Ingeniería Eléctrica. Ingresé al Colegio, sólo para enterarme de que dicha institución no ofrecía Ingeniería de Grabación.

Para hacer una historia larga menos larga, me quedé en el Colegio de Mayagüez, tomé todas mis electivas en música, apreciación del arte y comunicaciones. Participé en cuanto grupo, coro y banda que existía en la universidad. Leía cuanta revista especializada en audio que existía y mandaba a pedir literatura a todas las compañías de micrófonos, consolas, grabadoras y bocinas. Mientras tanto, seguía tocando en grupos y siempre que tenía la oportunidad de grabar con uno de esos grupos, era el primero en llegar y el último en salir del estudio. No me despegaba del lado del técnico y estaba atento a todo lo que hacía y lo bombardeaba constantemente con preguntas.

Mientras estudiaba, conseguí trabajo en una emisora de radio en el turno de las noches, y comencé a hacer una que otra grabación de las cuñas de la emisora en los estudios de la misma. También conseguí un trabajo en un estudio pequeño en Mayagüez, y de ahí, un cliente que grababa en San Juan, pero que hacía todas las ediciones y copias en Mayagüez, me habla de una plaza que había disponible en San Juan. Me entrevisté, me dieron la plaza, no regresé a la universidad y desde entonces (1984) he estado grabando sin parar. No he tenido otro trabajo ni he ejercido otra profesión que no sea la de Técnico de grabación, aunque desde el 2008 decidí dar clases de audio en el Colegio de Cinematografía y Artes de la Televisión (CCAT) en Bayamón, Puerto Rico, de manera limitada (una o dos clases por semestre), como resultado de una conferencia dictada allí. Hoy día, luego de haber trabajado en los principales estudios de grabación del país, y de haber grabado con artistas nacionales e internacionales, tengo mi propio estudio donde le doy servicio de postproducción de audio a las principales agencias de publicidad del país, y también grabo y mezclo uno que otro proyecto musical.

Ésta, a grandes rasgos, es mi historia. Hace algunos años recibí una invitación del Colegio de Cinematografía y Artes de la Televisión (CCAT) para dar una charla a los estudiantes sobre cómo lograr el éxito en esta profesión. Quisiera compartir con ustedes algunos de los puntos que compartí con los estudiantes aquella tarde:

¿Qué se necesita para ser un Técnico de grabación exitoso? Si fuéramos a preparar uno en un laboratorio, ¿qué cualidades y destrezas debería tener? He preparado una lista de las características que necesita un buen técnico de grabación. Ésta es mi lista. Es una totalmente arbitraria. Quizá otros compañeros tengan otras listas con otros criterios, pero aquí va:

1. Amar la música

No es necesario que toques un instrumento. Y si tocas uno, no es necesario que seas un virtuoso. Pero es necesario que ames la música.

Amar la música también implica tener respeto por la misma. Todo género musical, por más extraño que te parezca, tiene su valor. Desde un Rock ‘n’ Roll hasta una Danza. Desde un Bolero hasta un Reggaetón. Desde Música Clásica hasta el Jazz.

Escucha todo tipo de música, especialmente la que no te gusta, pues la que te gusta ya la tienes básicamente dominada. Hay estilos musicales y géneros que lo más seguro no te agraden y no sean tus favoritos. Esos son los que más atención le debes prestar, ya que son los que menos dominas.

Por lo menos en Puerto Rico no hay un mercado tan grande como para poder vivir grabando un sólo género, por lo tanto, hoy puedes grabar una balada, pero mañana es posible que tengas que grabar algo clásico o algo latino. Mientras más géneros musicales domines, mucho mejor para ti.

2. Tener un buen oído

Éste es quizás el requisito más importante. ¡Un momento! Si tener buen oído es quizá el requisito más importante, ¿por qué está segundo en esta lista? ¿No debería estar primero? No lo puse primero porque no importa cuán buen oído tengas, si no amas y respetas la música no vas a tener éxito como técnico de grabación.

¿Cómo es esto de tener un buen oído?

¿Hay que ser orejón, o hay que tener orejas pequeñas, o medianas?

¿Cuánta cantidad de cerilla es aceptable?

Obviamente no estamos hablando del sistema auditivo del cuerpo humano (que dicho sea de paso, es muy importante), sino de algo más.

Nos estamos refiriendo a la capacidad que tienes de saber

• si algo está afinado, o no,

• si algo está en tiempo, o no,

• si algo está distorsionado, o no,

• cómo realmente suena un instrumento,

•qué balance debe tener un instrumento en relación a otro.

Si te fijas, excepto reconocer la distorsión, las otras cosas son habilidades con las cuales prácticamente naces. Están ahí en el paquete, y las vas desarrollando con el tiempo.

Tal vez suena un poco presumido o tal vez puede caer mal o pesado lo que voy a decir, pero tener buen oído es un talento. Y en el tema de los talentos sólo hay dos opciones: o tienes talento, o no tienes talento. O escuchas, o no escuchas. Con los talentos se nace. Permítanme darles un buen ejemplo de lo que me refiero: yo no canto. No vine equipado de fábrica para cantar. Sé las notas que hay que dar, pero cuando abro la boca sale otra cosa y las veces que logro afinar, mi voz se oye desagradable. Las veces que he tenido la osadía de cantar en mi iglesia lo hago para gloria de Dios y para martirio de los hermanos. No importa cuántas clases de canto yo tome, cuántos ejercicios de vocalización haga, la triste realidad en mi caso es que no canto.

Por otro lado, ¿qué tuvo que hacer Celine Dion para cantar como lo hace? ¿Qué tuvo que hacer Luis Miguel, o Marc Anthony? ¿Qué tuvo que hacer Stevie Wonder? Les voy a decir: ¡lo único que tuvieron que hacer fue nacer!

Nacieron con unas cuerdas vocales con las características ideales para cantar. Obviamente, estos artistas toman en serio su profesión y entrenan sus voces y cada día tratan de pulirlas y desarrollar su talento más y más. Pero entrenan y desarrollan y pulen algo que ya tienen. Es imposible desarrollar lo que no tienes.

¿Cómo puede un técnico de grabación desarrollar su talento? Siguiendo con la analogía de cantar, el técnico de grabación desarrolla su oído escuchando. ¿Escuchando qué? Escuchando toda la música que pueda, tanto grabada como en

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