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Si llevas jugando varias décadas, coincidirás con nosotros en que solo un puñado de juegos han logrado revolucionar un género y convertirse en la ‘plantilla’ que otros seguirán hasta el infinito. Es el caso de Half-Life (en la narrativa y el apartado técnico de los shooters), Resident Evil (en el survival horror), Fortnite (en el free-to-play) o World of Warcraft (en los MMO), por citar algunos. Call of Duty también forma parte de este selecto club: no solo por recrear la II Guerra Mundial como ningún otro juego lo ha hecho, sino también por cambiar para siempre la estructura de los modos online de los shooters, al introducir un componente rolero (niveles, habilidades, desbloqueables…) que sigue siendo la base de cualquier juego de tiros online actual, más de una década y media después de la irrupción de Modern Warfare. Pero todo éxito tiene un origen y este, curiosamente, se gestó en el seno de Medal of Honor, la primera serie que abrazó la temática de la II Guerra Mundial.