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I niciamos el recorrido con un clásico que es al mismo tiempo hermana mayor de las producciones de blaxploitation, Algodón en Harlem, en la que se nos presenta a dos personajes, SepultureroJones y Ataúd Ed Johnson, que, funcionando en los parámetros de comedia de acción, anticiparon el modelo de pareja de policías en modo buddy movie que luego pusieron de moda otras producciones como Límite 48 horas (1982) y su clara emuladora Arma letal (1987), que he dejado fuera de esta selección para no repetir fichas ya incluidas recientemente en esta misma sección.
El paseo prosigue con Dos policías intrépidos, basada en personajes reales y que con un presupuesto de millón y medio de dólares dio lugar también a su propia adaptación al cómic en la editorial que publicaba Archie, Red Circle Comics, en julio de 1974.
El incorruptible nos propone una variante francesa de los dúos de policías dispares con un magnífico Lino Ventura y Patrick Dewaere, enfant terrible del cine galo que se suicidó contando tan solo 35 años, en el único papel de policía que aceptó interpretar, dado que al parecer los cuerpos del orden no le resultaban especialmente simpáticos. Sin embargo, su hija, Lola Dewaere, ha hecho de su papel como la inspectora Coste en la muy recomendable serie Bright Minds uno de los personajes más emblemáticos de su carrera. Otro francés, Francis Veber, sirvió en bandeja una curiosa comedia de alianza entre policía hetero y policía gay, Algo más que colegas, que llevó a uno de sus protagonistas, Ryan O’Neal, a ser nominado al premio Frambuesa Dorada como peor actor. Otro nominado a ese premio por una de las asociaciones más fallidas en el tema que nos ocupa, la pareja formada por Clint Eastwood y Burt Reynolds en Ciudad muy caliente, llevó al segundo a ser nominado a ese mismo premio.
De Francia saltamos a la variante italiana del asunto que nos ocupa con dos de los actores más divertidos del cine de acción italiano más gamberro de los años setenta, Terence Hill y Bud Spencer. Dos superpolicías fue la primera de las dos ocasiones en que se vistieron como agentes de uniforme en Miami (la segunda fue en Dos superpolícias en Miami, estrenada en 1985), y según contaba Spencer, estuvieron a punto de ser detenidos por la policía auténtica del lugar que sospechaba que se habían disfrazado de policías para cometer un crimen, a pesar de que el Departamento de Policía de Miami había autorizado el rodaje de la película.
Florida fue el escenario de otro dúo de policías a caballo entre la comedia y la acción en de la que pensaron rodar una secuela titulada e incluso se escribieron varios guiones, aunque sus protagonistas, Billy Crystal y Gregory Hines, no estaban por la labor, convencidos de que todo lo que tenían que contar que incluye uno de los abordajes argumentalmente más curiosos de la guerra de Vietnam.