No solo forman parte de su cotidiana playlist, sino que bandas como Bad Religion o Seven Seconds se cuelan en su finca de casi 30 acres a través de las camisetas que Katina Connaughton luce para trabajar sus tierras a las afueras de Healdsburg, en el Condado californiano de Sonoma (EE UU). Es solo una señal de la rotunda afición que esta estilosa granjera comparte con su marido, el cocinero Kyle Connaughton. Son dueños del restaurante SingleThread. “El punk rock vive muy dentro de nosotros; ha sido nuestra base fundamental desde que éramos adolescentes. Aprendimos de las raíces y la comunidad punk rock a caminar por la vida con determinación, perseverancia y mente y corazón abiertos”, argumenta Katina Connaughton. “Gracias a nuestra educación punk rock, hemos desafiado a quienes nos decían que nuestros sueños eran demasiado grandes o poco realistas. Nos hemos ‘mantenido a contrapelo’ y hemos seguido nuestro corazón”.
Nacidos en. “El punk rock es un estilo de vida donde cabe cualquiera dispuesto a abrir su propio camino, formar parte del cambio positivo que necesita el mundo y cuestionar la autoridad. La escena del punk rock y el skate encarnan una comunidad; acoge a quienes piensan, miran y actúan fuera de las normas de la sociedad. La comunidad de punk rock, skate y snowboard es la familia que eliges; ha estado con nosotros en todas las etapas de nuestra vida juntos”.