con una nomenclatura menos sexy. El sabroso atascaburras juega en la liga de los platos de nombre disuasorio y excéntrico, junto al matamaridos o la olla podrida. Pero es una de las joyas de la gastronomía manchega, el menú ideal de Sancho Panza. Aunque privado de glamour, se inscribe en el atlas culinario de La Mancha junto al pisto, las migas, el morteruelo, el tojunto, las gachas manchegas, las carcamusas, el tiznao, los duelos y quebrantos o el gazpacho manchego. Si las grandes canciones del pop tienen sólo tres acordes, el atascaburras se
